21 PASOS PARA MINISTRAR SANIDAD Y LIBERACIÓN
El proceso de la sanidad
de las emociones heridas
(Capitulo 6 Extracto de
nuestro libro Rompe con tu pasado)
En el tema anterior
vimos todo lo relacionado con los requisitos más importantes tanto para el
pastor o líder que desea realizar alguna ministración, como también para las
personas que necesitan ser sanadas y liberadas.
Aprendimos de la misma
manera la forma correcta de cómo hacerlo, así; como cada detalle que
consideramos los más importantes que se deben guardar y llevar a cabo durante
el proceso. En seguida nuestro tema a tratar es el proceso de la sanidad de las
emociones heridas, deseando con ello que le sean de gran bendición para su
ministerio.
A continuación veremos
en forma más detallada el proceso y como debemos realizarlo paso a paso, ya que
en la práctica este proceso ha sido de grande bendición a todos aquellos que lo
hemos puesto en práctica y que se ha comprobado la efectividad de ellos.
Así mismo también
creemos que Dios los inspiró de esta forma para ministrar y que ha sido de
mucha bendición, sin embargo; no pretendemos enseñar que sólo de esta manera
Dios ministra, recuerde que el Espíritu Santo nunca nos encasillará a moldes
establecidos.
Estos pasos han sido
enriquecidos debido a que han sido comprobados con efectividad en la
experiencia. Por lo tanto; dejemos que el Espíritu Santo nos dirija en este
proceso porque son una firme base para aquél que comienza a ministrar sanidad
interior. Así que; rogamos a cada ministro siga los pasos aquí descritos
analizándolos a profundidad antes de realizar alguna ministración, para una
mayor efectividad.
LOS 21 PASOS PARA
MINISTRAR SANIDAD Y LIBERACION
1.- Pídele a Dios que te
guíe. El primer paso comienza en un lugar donde estés tranquilo y solo, sin
interrupciones. Con lápiz y papel en la mano. Platica con Él único que te
conoce desde el vientre de tu madre, El Espíritu Santo, pídele que te traiga a
la memoria todos aquellos eventos de tu vida que te han perjudicado, aún que te
muestre áreas escondidas en tu inconsciente y que quizá no recuerdes
normalmente, áreas donde Él desea trabajar en sanidad en ese momento. Él será
la lámpara que guiará tus pasos por la senda que debes atravesar, solo empieza.
2.- Trabaja las áreas
que Él te revele. Después, pídele al Señor que te muestre las personas que te
han maltratado y circunstancias que te han dañado desde que fuiste concebido en
el vientre de tu madre que tú sepas. Escribe todas las cosas que Él vaya
trayendo a tu memoria, aun las que parecen insignificantes, sí Él te las
recuerda es porque hay una herida ahí. Confía en Dios, Él tiene un tiempo para
cada cosa. Únicamente te va a recordar cosas que estés listo para sanar. Más
adelante cuando repitas el proceso, es probable que Dios te recuerde otras
cosas. Cada cosa a su tiempo.
3.- Busca ayuda humana.
Pídele a Dios que te guie a un consejero cristiano, pastor o psicólogo
cristiano. Lleva la lista que hiciste como producto del paso anterior.
Explícale el proceso de sanidad interior en el que te encuentras. Procede a
contarle las cosas que te sucedieron y las heridas que te quedaron como
consecuencia de esas experiencias. En ésta etapa no es necesario que te digan
algo, sólo hace falta que te escuchen.
4.- Háblale en voz
audible al que te hirió. A partir de aquí empieza el proceso de sanidad para tu
alma. Cierra tus ojos y habla a la persona que te hirió como si se encontrara
frente a ti.
Ø Esta es la parte que realmente te va ayudar,
pues aquí expresas toda la ira y emociones reprimidas contra todas las personas
que te han dañado.
Ø Hay muchas cosas que pensaste y sentiste pero
que nunca expresaste, están guardadas en tu memoria y corazón y esto es como
veneno en tu alma.
Ø Es posible que te cueste trabajo comenzar,
porque romper con la represión es difícil, pero es totalmente necesario si has
de sanar.
Puedes empezar con las
personas que más te han herido, solo háblales y exprésales cómo te sentiste
cuando lo hicieron.
5.- Expresa la ira y los
reclamos que tengas contra ti mismo. Después de expresar toda la ira que tienes
contra otras personas, has lo mismo con tu propia persona, todo lo que sientes
contra ti. Muchas veces han sucedido diferentes cosas en las cuales te has
culpado por lo que pasó o hay actitudes de ti mismo que te molestan. Es
necesario que hables todo esto.
6.- Exprésale a Dios
todo resentimiento que hayas guardado contra Él. Busca en tu interior para
descubrir si tienes algún resentimiento contra Dios. A veces guardamos en
nuestro interior actitudes, sentimientos y reclamos contra Dios, lo culpamos
por cosas que nos sucedieron, pero debemos reconocer que fueron nuestra
responsabilidad y de malas decisiones que tomamos, pues Satanás nos hace creer que lo malo que
nos pasa es por culpa de Dios. Expresiones como: “¿Por qué lo permitiste
Dios?”, “Si yo te he obedecido, ¿por qué me haces esto Dios?”, Etc. Expresiones
como estas están guardadas y es necesario sacarlas a la luz.
7.- Perdona a los que te
dañaron. Es el paso más importante de tu ministración, es lo que realmente te
va a sanar. Puede que te cueste algún trabajo hacerlo, pero al perdonar te vas
a liberar y vas a soltar de tu corazón las ataduras de los que te han dañado,
va haber un rompimiento pues con el perdón te estarás desligando de los
sentimientos que te estas atando, pues mientras no perdones sigues atado a
todos los que te han ofendido así que.
Lo siguiente es
perdonar.
Ø Es indispensable que perdones. El perdón es
un acto de decisión de nuestra voluntad y no un sentimiento. Puede que te
cueste trabajo al principio, solo hazlo, da el paso.
Ø Es una decisión difícil con nuestras propias
emociones. Pero nos conviene hacerlo, porque así nos desatamos de toda ligadura
emocional, sentimental y demoníaca que nos haya estado oprimiendo con
sentimientos de odio o de rencor, de tristeza, de soledad, resentimiento u
otros.
Ø Debemos perdonar porque lo manda Dios y no
tanto porque lo sintamos, así que solo decláralo con tu boca.
Ø El perdonar es la única llave para obtener tu
sanidad. Serás libre del odio, del resentimiento, de la amargura y de la
venganza. De Sentimientos hostiles y demoníacos, pues los espíritus son los que
fortalecen estos sentimientos en el corazón atándote a ellos y tú sabes bien
cuando estos están ahí.
Ø Éste perdón debes exprésalo en voz audible,
al igual que expresaste tu dolor y frustración así también debes perdonar
específicamente una por una a las personas que te dañaron, en esta parte tu
ministro puede irte nombrando las personas y solo tu ve perdonando para irte
liberando de todos los sentimientos negativos que te ataban a cada una de
ellas, solo perdónalas en el nombre de Jesús. La biblia dice:
“Si no perdonáis a los
hombres sus
ofensas, tampoco vuestro
Padre
os perdonará vuestras
ofensas”
Mateo 6:15.
8.- Renuncia a todo
resentimiento contra Dios. En voz audible, declárale al Señor que sueltas y
renuncias a todo resentimiento hacia Él. Pídele perdón por haberlo culpado de
situaciones que te sucedieron cuando en realidad fuiste tú, o fueron
consecuencias de tu pecado o en ocasiones fue Satanás y sus demonios atacando
tu vida. Por lo tanto renuncia y devuélvele toda la gloria a Dios.
9.- Asume la
responsabilidad por tus actos. En éste paso, vas a asumir la responsabilidad de
todos tus errores y pecados que cometiste.
Ø A veces le echamos la culpa de todo a las
personas, a Satanás o a Dios.
Ø Reconócelos, tanto los que cometiste con toda
la intención y aun te gozaste en ellos, como los que hiciste por ignorancia.
Ø Asúmelos delante del Padre Celestial con
arrepentimiento de corazón sabiendo que le has ofendido voluntariamente, y
dile: (padre, asumo la responsabilidad de mis actos, culpas y pecados.
Reconozco que muchas cosas que me sucedieron fueron consecuencias de mis
propios actos pecaminosos, perdóname soy culpable delante de tí.)
10.- Pide perdón y
Perdónate a ti mismo. Ya perdonaste a otros, confesaste tus errores, asumiste
tu responsabilidad, ahora:
1.- Pídele perdón a Dios
por todos tus pecados que hayas reconocido y cometido.
2.- Después; perdónate
ampliamente a ti mismo.
Todos estamos propensos
a equivocarnos y fallarnos a nosotros mismos, por lo que es necesario pedir
perdón a Dios y a perdonarnos de todo corazón. Es importante porque a cada paso
que vayas dando le irás quitando todo derecho legal a los espíritus que te oprimen.
11.- Acepta el perdón de
Dios. Una cosa es pedir perdón, otra cosa es perdonarse así mismo y otra
aceptar el perdón.
Dios dice: “Si
confesamos nuestros pecados Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados,
y limpiarnos de toda maldad”, (1ª.Jn1:9) Tápale la boca al acusador porque el
tratará de recordarte tus pecados para traerte sentimientos de culpa de algo
que Dios ya perdonó. Mira, solo acepta que ya todo esta perdonado, el Señor
dijo en la cruz consumado es. Solo acepta su perdón por fe.
12.- Pídele a Dios que
sane tus heridas emocionales. Dile Señor sana todas mis heridas aun desde el
vientre de mi madre, todo rechazo que haya padecido, todo aquello que me a
dañado a través de todos estos años. Todo lo que mis padres, personas, o cónyuge
me haya hecho. Dile al Señor que te comprometes a buscar en Él, la plena
satisfacción de todas tus necesidades y que renuncias a buscar en otras cosas,
personas o prácticas que te puedan de nuevo dañar lo que sólo a Él te puede
dar. Su palabra dice: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió
nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y
abatido mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados;
el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros
curados”. (Isa.53:4-5)
13.- Declara tu sanidad.
Si has seguido fielmente cada paso solo afirma que ya has trabajado tus áreas
emocionales, y que como resultado de esto recibes la paz de Dios y el amor de
Él, pídele ahora que llene todos tus vacíos, donde antes había odio, rencor,
tristeza, desaliento, resentimiento, culpabilidad u otros etc. Que ahora los
llene la presencia del Espíritu Santo, pídele que sane y selle poniendo sobre
de ti su bálsamo de gozo y de amor. Declara ahora que eres completamente sano
en todas tus emociones.
14.- Bendice a los que
te dañaron. En el nombre de Jesús, bendice ahora a todas las personas que te
han dañado de una por una mencionando su nombre. Ora por cada uno de ellos,
pidiendo al Padre que les muestre sus errores y les dé también a ellos la
sanidad que Dios te da. En caso de que algunas personas no sean salvas,
extiende el amor salvador de Cristo, pidiendo al Padre por la salvación de
ellos. Cada vez que tú bendigas, las raíces, y las fortalezas de los espíritus
se van cortando y debilitando más y más.
15.- Bendícete a ti
mismo. La bendición activa el poder de Dios hacia ti y ayuda a superar tus
áreas débiles. El poder transformador del Espíritu Santo vendrá sobre ti, para
ayudarte a cambiar en las áreas que Dios ordena que cambies. Bendícete con el
fruto del Espíritu, con el poder y los dones del Espíritu, con el amor de
Jesús, bendice a tu generación, bendícete ampliamente con toda clase de
bendición, amor, gozo, paz, sabiduría, fe, etc.
16.- Ahora alaba a Dios
por tu sanidad. Dale gracias a Dios por lo que acaba de hacer en ti. Ser
agradecidos con nuestro salvador es reconocer que su obra es maravillosa y que
todo lo obtenemos solo por su gracia y amor. ¡Alábale! ¡Y solo dale la gloria a
Él! , derrama tu corazón a Él en gratitud y alabanza porque sólo Dios se lo
merece.
17.- Pídele a tu
consejero que te ministre. Hasta este momento has tenido la ayuda de tu pastor
o ministro que te ha ido llevando en esta ministración, ahora solo solicita a
tu pastor o consejero (que te está ministrando) que te imponga manos, te unja
con aceite (símbolo del Espíritu Santo) y te bendiga soltando el poder
restaurador de Dios sobre tu vida. Él te ira llevando para que hagas toda clase
de rompimiento y quebrantamiento espiritual que tengas que hacer. Déjate llevar
y bendecir, solo recibe en Cristo Jesús.
18.- Invalida toda
enfermedad que entró por tu alma. Las emociones negativas que muchas veces
guardamos producen consecuencias físicas en nuestro cuerpo: dolores, depresión
y enfermedades. Esta comprobado científicamente que el resentimiento produce
artritis. El enojo y la ira afectan el corazón, el desequilibrio emocional
afecta la mente, y así sucesivamente. Solo renuncia así:
Ejemplo: “Padre
celestial, ahora renuncio a todo daño que haya entrado a mi cuerpo por medio de
las emociones negativas. Deshago el efecto que tuvieron estas emociones sobre
todo órgano, células y metabolismo de mi cuerpo, Hecho fuera toda enfermedad en
el nombre de Jesús”. “Ahora ordeno que todo órgano y metabolismo de mi cuerpo
funcionen correctamente y recibo ahora el poder sanador y restaurador del
Espíritu Santo sobre todo mi ser, y me declaro sano; en el nombre de Jesús”.
19.- Renuncia a los
demonios que ejercen influencia en tu vida y cierra las puertas de entrada.
Debido a los sentimientos negativos los demonios tiene base legal sobre tu vida
para atacarla, al perdonar y ser sano interiormente como lo hemos venido
diciendo ellos perdieron todo su derecho legal que tenían en ti. ¡Los demonios
no tienen más que hacer!, ¡Sólo tienes que renunciar a ellos y echarlos fuera
en el nombre de Jesús!
Ejemplo: “En el nombre
de Jesús, renuncio a todo espíritu inmundo que tienen influencia en mi alma.
Renuncio a espíritus de rencor, ira, odio y deseo de venganza. Renuncio a
demonios de dolor, tristeza, temor, depresión y amargura. Los ato y los
quebranto con el fuego del Espíritu Santo, los expulso de mi vida y los envío a
las plantas de Jesús, Me desligo de ellos, les cierro las puertas de mi vida y
les ordeno: ¡No regresen!, ¡Fuera En el nombre de Jesús!”.
Solicita a tu pastor o
consejero que te esta ministrando que te ayude en este proceso, orando y
quebrantando todo espíritu ordenándoles que salgan en el nombre de Jesús. Este
proceso puede ser muy intenso dependiendo del grado de influencia que los
espíritus hayan tenido en tu vida. Muchos al llegar a este punto ya se están
liberando y los espíritus ya están saliendo. El pecado que cometemos es el que
abre la puerta de nuestra vida a los demonios. El adulterio, la mentira, la
fornicación, la rebeldía, etc. (en el tema 11 está más explicado este proceso).
Cierra las puertas de
entrada a los espíritus que entraron a oprimir tu vida
Dile al Señor: “Padre te
pido perdón por los pecados cometidos y de abrir estas puertas para que satanas
me oprimiera, ahora en el nombre de Jesús cierro toda puerta legal, me
arrepiento de corazón y te pido que ahora sea tu Santo Espíritu quién tome el
control de todas mis emociones, sentimientos y voluntad, amen”.
20.- Quebranta toda
maldición generacional. En el proceso de tu ministración podrán salir algunas
tendencias de origen hereditario, o algunos pactos que hicieron tus padres,
abuelos o tú, a los que tendrás que renunciar.
También debes de
quebrantar y romper con líneas generacionales de pecados familiares de
alcoholismo, prostitución, divorcios, muertes violentas, adulterio, ocultismo,
hechicería o brujería, de enfermedades hereditarias como el cáncer, diabetes, o
pactos personales que hayas hecho con Satanás o demonios, Que deben de ser
quebrantados, declarando que el poder de Dios te libra de toda maldición
generacional y de pecados rompiendo con ellos en el nombre de Jesús.
“Porque yo soy Jehová tu
Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta
la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a
millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”, (Éxodo 20:5-6).
21.- Debes estar alerta
a las iniciativas del Espíritu Santo. El proceso de Sanidad Interior muchas
veces no termina con una sola ministración, sino que es necesario que estés
alerta, y de acuerdo a lo que el Señor te recuerde vuelvas a pedirle a Dios que
te sane.
En caso de que Dios te
muestre otras áreas de tu vida que están heridas, puedes volver pedirle ayuda a
tu pastor o a algún ministro, o también con el poder del Espíritu Santo, auto
minístrate sanidad interior. (En el tema 14 sabrás como hacerlo) no permitas
que las heridas continúen en tu vida. Sé libre y sano de tus
emociones.
También puede ser que
necesites liberación si solo sientes algún tipo opresión que te esté
atormentando, ¡¡Repréndelos en el nombre de Jesús y échalos fuera de tu vida!
Recuerda que tú tienes toda autoridad en el nombre de Jesús. [full_width]
21 PASOS PARA MINISTRAR SANIDAD Y LIBERACIÓN
Reviewed by jireth
on
abril 19, 2020
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