El miedo o temor y la
fobia son los enemigos más peligrosos del hombre; son las armas más efectivas
que utiliza el enemigo para mantener a la humanidad
esclavizada. A causa de estos monstruos negros, hay personas en todas las
naciones, sufriendo destrucción material, degradación moral y aniquilación
espiritual.
Un miedo universal
El problema que más a
menudo me presenta la gente proveniente de toda nación, raza, color y sexo, es
el miedo. Éste influye en cada una de las áreas de la actividad humana, como
son: las finanzas, la industria, el gobierno y la iglesia, entre otros. El miedo
no respeta a ninguna persona, cualquiera que sea su clase social; este enemigo
invisible ataca a niños, jóvenes, adultos, ancianos, hombres y mujeres en todo
el mundo. Con la ayuda de la palabra de Dios, estudiemos qué es el miedo o
temor y cómo podemos ser libres de él.
¿Qué es el miedo o temor?
El concepto de miedo
viene del vocablo griego phobos, que significa temor, espanto, terror; aquello
que provoca que una persona huya. Otro vocablo griego es la palabra deilía, que
Venciendo miedo significa cobardía o timidez. Estos dos conceptos aluden al
temor, espanto, o miedo tan grande que nos hace huir, pero también sugieren
timidez, cobardía y vergüenza.
¿Quién es un cobarde? Es
alguien que carece de valor, que tiene miedo o temor de actuar y por lo tanto
no actúa porque el temor lo paraliza.
¿Quién es un valiente?
Es alguien esforzado, decidido y vigoroso; una persona que también siente
miedo, pero se sobrepone, y pese a todo, decide a actuar.
¿Cuál es la definición
bíblica de miedo?
Según la palabra de Dios, el miedo es un espíritu malo, de
espanto y terror que frena nuestro actuar, y nos hace huir de los desafíos que
nos presenta la vida. Junto a él viene la intimidación, que causa que actuemos
con cobardía y vergüenza. Su meta final es esclavizarnos y castigarnos física,
emocional y espiritualmente. Romanos 8:15, dice: “Pues no habéis recibido el
espíritu de esclavitud”, mientras que 2 Timoteo 1:7 dice: “porque no nos ha
dado Dios espíritu de cobardía”.
Por otro lado, la
definición bíblica de miedo o temor, es contraria a lo que todos piensan —que
es una emoción negativa del hombre, una sensación de alerta y angustia
provocadas por él mismo—. La Escritura es clara y afirma que el miedo es un
espíritu malo; por tanto, la única forma de tratarlo es usando armas
espirituales.
En resumen, lo que
estamos diciendo es que, cuando el espíritu de miedo o temor opera, causa que
esa persona huya de la gente, de los
desafíos que trae la vida, del éxito, incluso de las responsabilidades que
vienen relacionadas. El espíritu de miedo hace que se sienta intimidada por el
hombre, se acobarde ante las circunstancias de la vida e impide que actúe. ¡El
miedo esclaviza y paraliza!
El miedo nos impide
actuar
Es interesante saber que
la Biblia coloca a los cobardes en la misma categoría de los incrédulos, los
abominables y los homicidas.
“8Pero los cobardes e
incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los
idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego
y azufre, que es la muerte segunda”. Apocalipsis
21:8
La pregunta es: ¿por qué
lo hace?
● Porque la
palabra enseña que todo lo que no proviene de fe
es pecado.
“23Pero el que duda
sobre lo que come, se condena a sí mismo, porque no lo hace con fe; y todo lo
que no proviene de fe, es pecado”. Romanos 14:23
● Porque la
fe sin obras es muerta.
La fe sin una acción
correspondiente, es muerta. El miedo o temor nos paraliza y no nos deja actuar,
por tanto, mata nuestra fe; y todo lo que no proviene de fe es pecado. Es por
esta razón que los cobardes no entrarán al Reino de los cielos y serán
castigados en el fuego eterno, por no actuar.
El cobarde es alguien
que no actúa, que no hace las cosas por fe; es alguien que no interviene en
tiempos de crisis, cuando hay problemas difíciles de resolver o cuando se
encuentra en medio del peligro. Por el contrario, es un individuo que huye y no
actúa debido al miedo. Aunque todos en algún momento nos hemos enfrentado al
miedo, ése no es el problema; el problema es no actuar, es quedarnos
paralizados.
Si no actuamos a causa
del miedo, entonces pasamos a formar parte de la lista a la que se refiere el
libro de Apocalipsis. Hay muchas personas que no actúan frente al llamado,
otros no confrontan el peligro. Otros más no actúan para salvar a su familia o
negocio, simplemente porque tienen miedo. Pero si superamos nuestros miedos y
actuamos en fe, estamos haciendo una acción correspondiente. Aunque tengamos
miedo de hacer algo, hagámoslo de todos modos; sólo así obtendremos grandes
resultados en nuestra vida.
Ilustración: Los
bomberos sienten miedo cada vez que se les presenta un incendio; sin embargo,
mientras todo el mundo corre para salvar su vida, ellos tienen que correr en
dirección a las llamas para apagarlas. Ellos hacen la acción correspondiente.
¿Cuáles son los síntomas
físicos y emocionales en una persona que siente miedo?
Citemos a continuación
algunos síntomas que llegan a una persona cuando ésta le da cabida a
pensamientos que causan miedo.
● El corazón comienza a latir más rápido.
● El cuerpo físico se estremece.
● Algunas
veces, hay temblor en las piernas.
● Hay confusión mental.
● Se
desarrolla un malestar en el estómago.
● Hay desánimo y frustración.
● Sufre de
preocupación constante que, después de un tiempo, se vuelve una adicción, hasta el punto de llegar a pensar que si no está
preocupado, es porque algo anda mal.
Los neurólogos enseñan
que el centro de las emociones se encuentra en la parte más baja del cerebro,
llamado tálamo; de allí provienen los pensamientos de miedo que propagan los
impulsos nerviosos que fabrican preocupaciones y fobias imaginarias. Los miedos
o temores, mayormente, se basan en situaciones o cosas imaginarias e irreales.
Éstas son producidas por el espíritu de miedo que ataca nuestros pensamientos
con mentira
Cuando leemos la Biblia
nos damos cuenta que el diablo es el inventor del miedo
Es en base a éste, que
sostiene todo su imperio. Por eso es
que la mayor parte de
sectas y religiones falsas también reclutan gente amparadas en el miedo, la
manipulación y el control que ejercen sobre las personas. Muchos de sus
miembros, al darse cuenta que están involucrados en algo falso, buscan salir o
huir, pero son retenidos a la fuerza, bajo amenaza, junto a sus familias. A
causa de esto, deben permanecer en esclavitud toda su vida.
“14Así que, por cuanto
los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo,
para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto
es, al diablo, 15y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban
durante toda la vida sujetos a servidumbre”. Hebreos 2:14, 15
Es totalmente cierto que
el imperio de la muerte que el diablo rige, se sostiene en base al miedo o
temor.
El imperio del diablo
antes de Cristo
El enemigo estaba
tranquilo debido a que la humanidad yacía sometida bajo el imperio del miedo o
temor. Podía hacer lo que quería, debido a que el mundo permanecía esclavizado,
manipulado y controlado; sabía que podía confiar en sus principales armas, las
cuales son el temor y la mentira.
“21Cuando el hombre
fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee.22Pero cuando viene
otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y
reparte el botín”. Lucas 11:21, 22
Cuando el hijo de Dios
vino a la Tierra como hombre, vivió 33 años y medio, caminó en perfecta
obediencia, fue a la cruz, murió, y al tercer día resucitó. Por medio de la
muerte, Él venció al diablo y sus demonios; destruyendo así al que tenía el
imperio de la muerte.
“14...anulando el acta
de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de
en medio y clavándola en la cruz, 15y despojando a los principados y a las
potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”.
Colosenses 2:14, 15
La victoria de Jesús fue
gloriosa sobre el enemigo; le quitó toda autoridad y lo destronó. Dice la
Escritura que el diablo tenía el imperio de la muerte, y ese imperio operaba
por medio del miedo y la mentira. Pero Jesús lo venció a través de su muerte en
la cruz del Calvario, y le quitó las llaves de la muerte y del Hades, para
hacer a la humanidad libre del temor.
“17Cuando le vi, caí
como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo
soy el primero y el último; 18y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que
vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del
Hades”. Apocalipsis 1:17, 18
¿Qué hizo Jesús después
que derrotó al que tenía el imperio de la muerte?
“15...y librar a todos
los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a
servidumbre”. Hebreos 2:15
La raíz principal del
miedo es el temor a la muerte. Por eso, todo hombre y mujer, adulto, joven y
anciano, que no conoce a Jesús, permanece atado por el diablo. Además, hay
creyentes que por su igno-
rancia de la Palabra aún
no han podido La raíz del ser libres y continúan atados por lazos miedo es el
de temor.
¡Qué triste es pensar
que un ser humano esté atado toda una
vida, y que por causa del temor, esté sujeto a servidumbre!
Lamentablemente, ésta es
la condición del mundo hoy en día. ¿Qué buenas noticias hay para ellos?
Que Jesús murió por
ellos y destruyó al diablo, quien tenía autoridad sobre el imperio de la
muerte, y se sostenía y se sostiene —para aquellos que aún no han creído en
Jesús—, a través del miedo. Jesús le quitó las llaves del Hades y de la muerte,
y ahora todo aquel que cree en Jesús y recibe los beneficios de su muerte y
resurrección, puede ser libre de todo temor al instante.
“15Y también, para que
Él pudiera desatar y liberar por completo, a todos aquellos que habían estado
atados a lo largo de toda su vida a causa del temor de la muerte que los
rondaba”. Hebreos 2:15 (Biblia Amplificada)
Cuando una persona
siente miedo en algún área de su vida, la raíz del problema la encontramos en
el temor a la muerte. Por ejemplo, tras el temor a sufrir un accidente está en
realidad el temor a las consecuencias, como: parálisis o muerte.
Así, quienes
temen al rechazo, se esconden para no exponerse al dolor a ser rechazados, ya
que eso conlleva la muerte de su ego.
“10No temas en nada lo
que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la
cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel
hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”. Apocalipsis 2:10
Cuando alguien siente
temor de perder a su cónyuge, su casa, su negocio, incluso su salud, lo que
refleja es inseguridad acerca del mañana o temor a lo que va a decir la gente.
Imaginan: “Si me muero, qué será de mis hijos”, “si me divorcio, no podré
sobrevivir”, “si pierdo mi negocio, me quedaré en la calle”.
Hay un temor a la
muerte física y a lo que sucederá después. “Ofenderán mi ego, y yo no quiero
pasar esa vergüenza”. Temen el “qué dirán”, pero sobre todo temen perder su
reputación.
¿Por qué una persona
tiene miedo a moverse en lo sobrenatural y a ministrar en los dones?
Por temor a equivocarse,
temor a lo que la gente diga, temor a perder su reputación. No queremos que
nadie piense mal de nosotros, porque nos dolería el ego, y no queremos morir a
él. Muchas veces, puede más el miedo que el amor a la gente. Cuando tenemos
miedo a ser atacados, destruidos o a quedarnos solos y sin apoyo, debemos
recordar que la raíz principal de todo esto, es el temor a la muerte física o a
la muerte de nuestro ego.
¿Cómo vencer el miedo a
la muerte física y del ego?
● Tenemos que
morir a nuestra vieja manera de vivir y a nuestro ego.
“24De cierto, de cierto
os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero
si muere, lleva mucho fruto”. Juan 12:24
Tenemos que tomar la
decisión de morir a nuestro viejo hombre para que podamos dar fruto. Tal como
la semilla de un árbol, al caer en tierra, debe morir primero para luego dar
vida a un nuevo árbol con nuevos frutos; de la misma manera, debemos contribuir
activamente para que toda preocupación por nuestra reputación muera, y todo
intento de que nuestro viejo hombre sobreviva, sea exterminado.
● Entregar
todo a Jesús haciendo un intercambio de vidas.
“25El que ama su vida,
la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la
guardará”. Juan 12:25
En el verso anterior, el
Señor nos dice que todo temor tiene su raíz en el miedo a perder la vida
temporal en esta tierra, (la vida baja del viejo hombre). Jesús nos dice: “si
quieres ganar la vida ‘zoe’, la vida nueva y abundante que Yo tengo para ti,
sin miedo y sin temor, entonces tienes que entregar tu vida vieja, incluyendo
todo lo que está a su alrededor. Toda esa vida temporal aquí en la tierra,
¡entrégamela, dámela, ríndela!”
Por ejemplo: Entrégame
tu reputación, entrégame tus bienes, tu dinero, tu salud, tu familia, tus
hijos, tu futuro. Entrégame todo aquello que tengas miedo perder, aun tu
trabajo. Cuando me hayas dado todo, entonces, podrás descansar en mí. Yo te
daré la vida eterna, la vida abundante, en la cual no sentirás temor.
A partir de ese momento,
cuando el diablo venga y le ataque diciendo: “te voy a quitar la vida”, usted
le dirá: “mi vida le pertenece a Jesús”. Si le dice: “voy a destruir a tus
hijos”, usted responderá: “ya le entregué mis hijos a Jesús, y en él, no los
puedes tocar”. Cuando le diga: “la gente te va a criticar, te van a rechazar”,
usted dirá: “yo estoy muerto a la crítica y al rechazo; esa era mi vida vieja y
ya se la entregué al Señor, por tanto, la crítica no me puede detener”.
Si usted ha muerto a su
vida temporal, a su vida vieja, esto es, al viejo hombre, entonces entréguele
su casa, salud, familia, negocios, trabajo, dinero, en fin, todo cuanto crea
poseer, y confíe en Dios… Él es quien le guarda y le cuida, pero sobre todo, Él
es quien está con usted bajo cualquier circunstancia.
“25El que ame su vida la
perderá, pero si alguien odia su vida en este mundo la mantendrá por la
eternidad (el que no ama ni le concierne, ni se preocupa por su vida aquí en la
tierra sino más bien la desprecia, preserva su vida por siempre y para
siempre”. Juan 12:25 (Biblia amplificada)
Ya no nos podemos
preocupar, ni podemos amar nuestra vieja manera de vivir. Tenemos que llegar al
punto de despreciar el ego que mora en nuestro interior. Debemos odiar esa vida
donde prevalece el hombre carnal y no tiene cabida el hombre espiritual.
Debemos amar la vida nueva en Cristo. ¡Debemos hacer un intercambio de vidas!
Nosotros le entregamos a Jesús nuestra vieja vida y Él nos da a cambio una
nueva vida.
Recuerde que la raíz de
todo temor, consiste en el miedo a la muerte física o a la muerte del ego. Pero
si le damos a Dios todo aquello que tememos perder, entonces viviremos
confiados en Dios y no temeremos.
Ilustración: Durante un
viaje misionero a Honduras, mi equipo y yo fuimos asaltados. Por casi 45
minutos me mantuvieron con una pistola apuntando a mi cabeza; ese tiempo fue
más que suficiente para probar si tenía o no miedo a la muerte. Reconozco que
por un momento, sí pasaron muchos pensamientos por mi cabeza (mis hijos, mi
esposa, la iglesia, etcétera), pero inmediatamente comencé a orar en el espíritu,
y supe en mi corazón que no era el tiempo para morir.
Continué orando, mientras
los ladrones le robaban las joyas y el dinero a todo el grupo; entonces una paz
vino a mi corazón, la cual me llevó a la siguiente conclusión: Si es mi tiempo,
muero con Jesús, voy al cielo, y Dios cuida de mi familia. Si no es mi tiempo,
nada me va a pasar. En ese momento dije, “Señor, te entrego toda mi vida y
reconozco que tú tienes el control de todo”. Después de esos largos tres
cuartos de hora, finalmente todos salimos ilesos, no hubo pérdidas humanas,
sólo algunas cosas materiales que se pueden recuperar.
¡Dios nos guardó y nos
protegió! Ahora, después de haber vivido esa experiencia, no tengo miedo ir a
ningún lugar del mundo, donde Dios me envíe, aunque sea peligroso. Entendí que
mi vida se la entregué a Dios, y por eso, no me importa morir. Cuando usted
tome la decisión de entregar su vida vieja y temporal a Dios, llegado el
momento de la prueba, su corazón estará preparado y no tendrá temor.[full_width]
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