LIBROS DEL APOCALIPSIS 4, 5 y 6 parte 2

La adoración celestial
Después de esto vi una puerta abierta en el cielo. Una voz fuerte me dijo. “Sube y te mostraré las cosas que sucederán después de estas"(apocalipsis 4, 1)

¿Qué función o misión tiene Juan cuando es elevado al reino celestial en el relato de este capítulo?

-Juan contempla toda la gloria y esplendor de Dios.
-Juan ve una adoración llevada a cabo por extraños seres celestiales.
-Juan ve con preocupación la dificultad por encontrar a alguien digno de abrir un libro sellado.
con siete sellos. Parece importante el poder abrirlo, pero Juan llora ante la dificultad.
-Uno de los ancianos indica a Juan que si hay alguien digo de abrir el libro. Es el Cristo, el Hijo de Dios.
Jesucristo quiere mostrar al apóstol Juan el cielo y la adoración que en ese lugar santo se está viviendo. Para ello lo lleva ahí.
"Al instante yo estaba en el Espíritu y he aquí un trono establecido en el cielo y en el trono uno sentado".
"Alrededor del trono había veinticuatro tronos y en ellos sentados a veinticuatro ancianos vestidos con coronas y ropas blancas" (apocalipsis 2,4)
"Junto al trono y alrededor del trono había cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás". (apocalipsis 2,6)
"No cesaban día y noche de decir; santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso" (apocalipsis 4,8)
Al mismo tiempo los veinticuatro ancianos se postraban y adoraban al que vive eternamente diciendo; eres digno de recibir la gloria, porque tu creaste todas las cosas". (apocalipsis. 4,10)

Muchos eruditos bíblicos creen que en este punto de Apocalipsis Cristo ya ha sacado del mundo a los fieles vencedores de sus iglesias. Eso comprobaría de por sí que el rapto o arrebatamiento de la verdadera iglesia (1 Corintios, 15:51-52, 1 Tesalonicenses, 4:15-17, Juan, 14:1-3) precede (es anterior) al periodo de la Tribulación (Apocalipsis, 6 al 18).

La ira de Dios no comienza con las copas de la ira, sino que más bien concluye con ellas. La ira de Dios es más larga y comienza con la apertura de los sellos de Apocalipsis, 6. 

Como la iglesia no pasara jamás por la ira de Dios, tendría que ser arrebatada antes de Apocalipsis, 6 o sea en Apocalipsis, 4.

Que la iglesia no atravesará la ira de Dios lo dice la Biblia en:

1 Tesalonicenses, 1:10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.

También lo dice en:

1 Tesalonicenses, 5:9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, Y, finalmente, lo dice en:

Apocalipsis, 3:10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
Se cree, además, que Apocalipsis, 4:1 habla del rapto de la iglesia por las siguientes razones:

[1] Comenzando con Apocalipsis, 4:1 los términos "iglesia" o "iglesias" no vuelven a aparecer sino hasta Apocalipsis, 22:16.

[2] La esposa de Cristo (la iglesia) aparece en Apocalipsis, 19 ya con Cristo en el cielo antes de que El regrese a la tierra a juzgar la maldad y a reinar en el reino milenial (Apocalipsis, 20:4).

[3] La promesa que se le da a la iglesia de Filadelfia de guardarla de la hora de la prueba a nivel mundial (Apocalipsis, 3:10) se aplica a todos los creyentes que se mantienen fieles a Cristo antes de la Tribulación.

Habiendo repasado las cosas que han sido (Apocalipsis 1) y las cosas que son (Apocalipsis 2—3), hemos llegado ahora a la tercera parte del libro, las cosas que han de ser después de estas. Juan mira y ve una puerta abierta, la misma sobre la que primeramente oyó cuando escribió la carta a la iglesia de Filadelfia. Y de la misma manera que Pablo dijo lo que nos sucedería (1º Tesalonicenses 4:16), Juan escucha una fuerte voz que le ordena, “¡Sube acá!”.

Apocalipsis, 4:2 Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. 4:3 Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.

En un abrir y cerrar de ojos, Juan fue llevado, a ese momento que todos soñamos, el Rapto de la Iglesia. Juan le llamó a esa experiencia estar en el Espíritu.

Lo mismo le había sucedido a Pablo unos 40 años antes, cuando él también fue trasladado al Trono de Dios (2 Corintios 12:1-4).

2 Corintios, 12:1 Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor. 12:2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. 12:3 Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), 12:4 que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.

A Pablo no se le permitió decirlo, pero su memoria produjo suficiente motivación para que él pudiera soportar las peores formas de persecución y de sufrimiento. A diferencia de Pablo, a Juan se le ordenó que escribiera todo lo que vio. El jaspe y 

la cornalina que vio son la primera y la última piedra en el pectoral del Sumo Sacerdote, resumiéndolas todas, y el arco iris es un símbolo de la gracia de Dios.

Nos vienen muchas dudas al leer estos textos sobre la adoración celestial.

Mostraré una serie de textos que nos aclaren todas estas incógnitas tras estos símbolos y actitudes extrañas para nosotros que muestran estos personajes descritos en este capítulo 4 y 5 del libro del apocalipsis.

¿Quiénes son estos veinticuatro ancianos?


Apocalipsis, 4:4 Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.

Todos tienen tronos, por lo tanto, son gobernantes. Ellos rodean el Trono de Dios, por lo que lo asisten. Están sentados, que es una señal de realeza. Están vestidos de blanco, por lo que son justos. Tienen puesta la corona griega “estáfanos”, por lo que son victoriosos, vencedores. Se les llama Ancianos, que es un título asociado más con el cristianismo que con el judaísmo. Hasta el momento, aquí tenemos una fuerte evidencia de que representan la Iglesia.

La iglesia está destinada a reinar con Cristo: Romanos, 8:16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 8:17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

Efesios, 2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
Apocalipsis, 1:5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, 1:6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.

Puesto que los 24 ancianos no se encuentran en ninguna de las visiones del trono de Dios en el Antiguo Testamento, estos deben de representar a la Iglesia, sentada con el Señor a la diestra de Su majestad.
Apocalipsis, 4:5 Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios. 4:6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal;
Sus vestiduras blancas corresponden a un carácter sacerdotal.
Sus coronas tienen que ver con una dignidad real.
Estos ancianos son santos glorificados en el hogar celestial, antes del juicio del mundo.
Estos misterios nos incitan a buscar respuestas o posibles respuestas en las mismas Sagradas escrituras.

Muchos coinciden en que estos veinticuatro ancianos son los fieles de la verdadera iglesia de Jesucristo.

"Con tu sangre nos has redimido"
"Nos has hecho reyes y sacerdotes"
"reinaremos sobre la tierra".

Estos santos son sin duda no los ángeles, sino la representación de la iglesia a quien Cristo ya re dimidió con su sangre.

Tras el fin del juicio de las naciones, al final del proceso apocalíptico, Juan ve tronos.

"Vi tronos y se sentaron sobre ellos los que recibieron la facultad de juzgar" (apocalipsis.20,4).

El libro de Daniel escrito sobre el año 535 ac, también habla de estos tronos en la época final.

"Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos..." (Daniel 7,9)
"... y se les dio el juicio a los santos del Altísimo y llegó el tiempo y los santos recibieron el reino". (Daniel 7,22).

Durante las trompetas apocalípticas, los veinticuatro ancianos se manifiestan ante los juicios que están sucediendo en la tierra y no son víctimas de ello, sino que participan como espectadores celestiales. (Apocalipsis 11,16-18)

"Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso ... porque has tomado tu gran poder.
Se airaron las naciones y tu ira ha venido y el tiempo de juzgar a los muertos y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos y a los que temen tu nombre y de destruir a los que destruyen la tierra". (Apocalipsis.11,16-18)
Y en otras partes del periodo apocalíptico, los ancianos siguen presentes en el cielo:

Apocalipsis 14,3   Apocalipsis 19,4
Jesús prometió a sus discípulos doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
"De cierto os digo que, en el tiempo de la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido os sentaréis también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel".  (Mateo 19, 28)

A la iglesia de Filadelfia se les dice respecto a las coronas:

"Retén lo que tienes para que nadie tome tu corona" (Apocalipsis 3,11)
A los ancianos de las primeras iglesias, Pablo dice en 1ª Pedro 5,4:
"Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria".

A la iglesia le fue dado el calificativo de reyes y sacerdotes.
"A las siete iglesias .... al que nos lavó de nuestros pecados con su sangre y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios ..." (Apocalipsis 1,4-6)
"Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección ... serán sacerdotes de Dios y reinarán con él mil años" (Apocalipsis. 20,6)
"Vosotros también ... sacerdocio santo" (1ª Pedro 2,5)

En Apocalipsis 5,8-10 dice "tenían copas con las oraciones de los santos"
Son las oraciones de los santos que aún se hallan en la tierra.

¿Porque el número 24?

Estos veinticuatro ancianos celestiales se corresponden con las veinticuatro clases del sacerdocio en Israel.

En el libro de 1ª Crónicas 24,19 indica las veinticuatro divisiones de sacerdotes.

Jehová Dios de Israel, mandó a Aarón distribuir estos ministerios.

Esto ocurrió durante la época de David y sobre el año 1000 ac.

Zacarías (en el año cero de nuestra era), era también sacerdote perteneciente a la orden de Abdías (Lucas 1,5).

Esta cifra puede corresponder también a la suma de las 12 tribus de Israel + los 12 apóstoles (israelitas y gentiles).

Apocalipsis 5,11 hace una clara diferenciación entre ancianos, seres vivientes y ángeles y no debemos confundirlos.

Los ángeles no han sido beneficiados de ninguna redención, la iglesia y sus santos sí.
El rollo y el Cordero
Apocalipsis, 5:1 Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. 5:2 Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? 5:3 Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo. 5:4 Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.

El libro es de suma importancia porque contiene la revelación de lo que Dios ha determinado para el curso futuro del mundo y de la humanidad. Describe la manera como el mundo será juzgado y describe gráficamente el triunfo final de Dios y de su pueblo sobre toda la maldad. Cuando se abre cada sello (en Apocalipsis, 6), se revela, en una visión, una porción del contenido del libro (Apocalipsis, 6, Ezequiel, 2:9-10). Por su parte, Juan llora porque sabe que si no se encuentra una persona digna de abrir el libro, quedara sin cumplirse el propósito de Dios de juicio y de bendición para el mundo.

Este rollo, o libro, ha sido llamado el título de propiedad de la tierra. Los rollos por lo general tenían la escritura en un solo lado, pero en algunos casos, el Señor escribe en ambos lados. Cuando lo hace, Él está indicando que el juicio se avecina.

En Ezequiel 2 un rollo escrito por ambos lados significaba que Israel estaba a punto de ser juzgado y Ezequiel había sido escogido para llevar las noticias a los otros cautivos en Babilonia de que pronto la nación entera se les uniría durante un cautiverio de 70 años. En Zacarías 5, un rollo volador del mismo tamaño que el Lugar Santo del tabernáculo, les advirtió a todas aquellas personas que habían fracasado en guardar la ley, que desaparecerían de la presencia de Dios y sus hogares serían destruidos.

A pesar de que este rollo mencionó solamente el mandamiento en contra del robo en un lado y los falsos testimonios en el otro, el hecho de que uno estuviera en el centro de la primera tablilla de piedra y el otro en el centro de la segunda tablilla de piedra, ha hecho que muchos eruditos crean que eso representa los Diez Mandamientos.

El motivo por el que Juan lloraba tan amargamente es porque sabía lo que estaba en juego aquí. Solamente alguien que pudiera redimir el Planeta Tierra y devolverlo a su verdadero dueño era capaz de poder abrir el libro, y no se había encontrado a nadie. Ni en el Cielo, ni en la Tierra, ni debajo de la Tierra. Sin un redentor calificado, la Tierra se perdería por toda la eternidad.



Apocalipsis, 5:5 Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos. 5:6 Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.

Apocalipsis, 5:5 Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.

Se describe a Cristo como un león, indicando que el reinara en toda la tierra. Él es de la tribu de Judá y de la familia de David. Esos títulos de Jesucristo como el Mesías vencedor (Génesis, 49:9-10) y rey eterno armonizan con la promesa que se le hizo a David (Isaías, 11:1, 10).

Apocalipsis, 5:6 Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.

Cristo, que aparece como un Cordero que lleva las marcas de haber sido herido ("como inmolado"), representa su entrega en la cruz por los pecados de la raza humana.

Esto significa que la dignidad, el poder, la autoridad y la victoria de Cristo provienen de su muerte expiatoria (Apocalipsis, 5:9-14). El "Cordero" es el símbolo principal de Apocalipsis para Cristo (Apocalipsis, 5:6-7, 12:11, 15:3, 17:14, 21:22, 22:1, 

3). El juicio de Cristo es sobre los que rechazan su sacrificio como el Cordero de Dios (Apocalipsis, 6:16-17). Los "siete cuernos" representan el poder y la fortaleza de un gobernante (1 Reyes, 22:11, Daniel, 7:24) y se relacionan con el espíritu séptuplo o los siete espíritus de Dios (Isaías, 11:1-2).

Después de todo, ¡sí hay alguien digno de poder abrir el libro!. El hecho de que la palabra “Cordero” esté con mayúscula significa que este es el Cordero de Dios de Juan 1:29, que quita el pecado del mundo. Él también es el León de Judá de Génesis 49:9-10 y la Raíz de David de Isaías 11:1-3.

Puesto que Juan lo describe como un Cordero como inmolado, es que sabemos que Él aún está en Su forma humana y que también aun muestra las huellas de Su crucifixión. Una vez que Jesús estuvo de acuerdo en convertirse en un hombre, Él se hizo hombre para siempre. Este Cordero es el dador del Espíritu Santo confirmando así que es el Señor Quien ha triunfado. Él es el que es digno de abrir el libro y sus siete sellos porque Él redimió el planeta al mismo tiempo que nos estaba salvando (Romanos, 8:19-21).

¿Cuándo se perdió la Tierra en primer lugar?. Algunos creen que en la eternidad pasada, al que llamamos Satanás se le dio la tierra como su reino. Fue un regalo por mantener su estatura tanto como el querubín grande y protector, a cargo de los que guardaban el mismo Trono de Dios, y por ser el líder de la adoración en el ámbito celestial. Ciertamente él era el portador de la luz entonces (Lucifer quiere decir el portador de la luz en latín), vestido con toda piedra preciosa y con una voz como de un órgano de tubas. Él era el modelo de perfección, lleno de sabiduría y belleza perfecta, el óptimo ser creado (Ezequiel 28:11-14).

Ezequiel, 28:11 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 28:12 Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. 28:13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. 28:14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.

Pero inflado en arrogancia y auto estima y orgullo, se rebeló y fue expulsado del cielo en desgracia, y sus posiciones y posesiones le fueron quitadas y su reino abandonado (Ezequiel 28:15-17).

Ezequiel, 28:15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. 28:16 A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. 28:17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.

Se sentó entre las ruinas quien sabe por cuánto tiempo, inútil para hacer nada, hasta que Dios dijo, “Hágase la luz”, y los ángeles gritaron de alegría (Job 38:6-7).

Job, 38:6 ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, 38:7 Cuando alababan todas las estrellas del alba, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?.

Cuando Dios creó a Adán cinco días después y le dio el dominio sobre la Tierra, Satanás conspiró para recuperarla. Tomando la forma de una serpiente, engañó a Adán y Eva para sacarlos de su tierra, obteniendo así, por medio del engaño, lo que había perdido debido a su rebelión. En el proceso, también les quitó a Adán y Eva su inmortalidad, provocando su muerte y la muerte de todos sus descendientes (Génesis 2:16-17).

Génesis, 2:16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 2:17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

De inmediato se propuso reconstruir su reino, convirtiéndose en el príncipe de este mundo (Juan 12:31):

Juan, 12:31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.

Y el dios de este siglo (2 Corintios 4:4).

2 Corintios, 4:4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

La ley de Dios requiere que un pariente cercano redima lo que un miembro de la familia perdió (Levítico 25:25).

Levítico, 25:25 Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido.

Según la ley, un hijo puede redimir lo que su padre perdió, pero en la transacción Adán se había convertido en pecador, descalificando para siempre así a sus hijos de poder redimirlo. La moneda de la redención era la sangre de un hombre sin pecado y todos los hijos de Adán eran pecadores por haber nacido a imagen de su padre (Génesis 5:3).

Génesis, 5:3 Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.

Adán era un hijo de Dios (Lucas 3:38), así que solamente otro hijo de Dios sería suficiente.

Lucas, 3:38 hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios.

Ya que los pecados de los padres llegan hasta los hijos (Éxodo 20:5):

Éxodo, 20:5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,

Una mujer podría dar a luz a un hijo sin pecado, pero solamente si se hacía sin intervención de un marido. Por eso fue que en el Edén Dios anunció que la simiente de la mujer podía redimir lo que Satanás había robado (Génesis 3:15) que es una profecía del nacimiento virginal del Señor.

Génesis, 3:15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

A su debido tiempo, el Hijo de Dios, nacido de una virgen, dio Su vida para pagar la deuda del pecado y redimir la propiedad que le fue robada a Adán, el Planeta Tierra. Siendo todo Dios (sin pecado) y todo humano (hombre), Él es el único en toda la creación que es digno de tomar el libro y abrir sus sellos. Como Pariente Redentor de Adán, Él pagó la deuda del pecado que la progenie de Adán debía, y redimió la propiedad que Adán también había perdido. Y ahora, Él ha venido a tomar posesión de lo que Él pagó. Puesto que el pariente cercano era también responsable de vengar la muerte de un miembro de la familia, Él también viene como el Vengador de Sangre de Adán (Números 35:16-21), y esa es una de las razones del porqué el resto del libro es la historia de grandes juicios.

Números, 35:16 Si con instrumento de hierro lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá. 35:17 Y si con piedra en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá. 35:18 Y si con instrumento de palo en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá. 35:19 El vengador de la sangre, él dará muerte al homicida; cuando lo encontrare, él lo matará. 35:20 Y si por odio lo empujó, o echó sobre él alguna cosa por asechanzas, y muere; 35:21 o por enemistad lo hirió con su mano, y murió, el heridor morirá; es homicida; el vengador de la sangre matará al homicida cuando lo encontrare.

Apocalipsis, 5:7 Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. 5:8 Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; 5:9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 5:10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

En estos versículos se utiliza el pronombre personal griego de la primera persona en plural, el cual aparece 173 veces en la Biblia como “nos” y “nosotros”, y nunca como palabra de la tercera persona como “hombres” o “ellos”. También el idioma griego utiliza la misma palabra para rey y reino, así que debemos decidir cuál es la que debemos utilizar dentro del contexto. Reyes se ajusta mejor que reinos. Y eso es consistente con la versión de la Biblia Reina Valera de 1960.

Algunas de las traducciones modernas toman ya sea el punto de vista de después de la tribulación o el amilenialista, o ambos, y por lo tanto se muestran renuentes a mostrar la Iglesia en el cielo, la cual ya ha sido raptada en Apocalipsis 5. En vez de eso, al cambiar el pasaje a la tercera persona del plural, colocan a los 24 ancianos entonando un cántico sobre la iglesia como si aún estuviéramos en la tierra. Pero eso no es así. Los 24 ancianos son la iglesia. Ese es un cántico para los redimidos y solamente la iglesia lo puede cantar. La versión Reina Valera de 1960 está en lo correcto.

Apocalipsis, 5:11 Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, 5:12 que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. 5:13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. 5:14 Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.

Lo más seguro es que Juan quiso decir que cada clasificación de la humanidad estaba representada, ricos, pobres, libres, esclavos, judíos, gentiles, etc. A todos ellos se les unieron los animales de la tierra, las aves del cielo, los peces del mar y aun los seres de debajo de la tierra, quienes a pesar de que se habían rebelado y aguardan su juicio encadenados, reconocen la autoridad de El Cristo (Santiago 2:19).

Santiago, 2:19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.

Los sellos

Apocalipsis, 6:1 Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. 6:2 Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.

Jesucristo mismo (el Cordero) abre todos los sellos, los cuales revelan los devastadores juicios de Dios sobre el mundo (Apocalipsis, 6:1, 3, 5, 7, 9, 12). Los juicios son de origen divino porque se han entregado a las manos de Cristo (Apocalipsis, 5:1, 7, Juan, 5:22).

A través del libro de Apocalipsis, a los juicios de plagas se les llama la ira de Dios (Apocalipsis, 6:16-17, 11:18, 14:10, 19, 15:1, 7, 16:1, 19, 19:15). Algunos intérpretes entienden la apertura del primer sello como el comienzo de los siete años de Tribulación, es decir, ese tiempo futuro de sufrimiento y juicio sin precedentes que conduce a la segunda venida de Cristo (Daniel, 9:27, Jeremías, 30:7, Daniel, 12:1, Apocalipsis, 6:17, 7:14). Otros creen, en cambio, que los sellos describen los últimos 3,5 años de los siete de la Tribulación total, es decir, el segundo sub periodo de 3,5 años llamado Gran Tribulación.

Los juicios de Dios se revelan en series sucesivas.

La primera serie es la de "los siete sellos" (Apocalipsis, 6), 

la segunda es la de "las siete trompetas de juicios" (Apocalipsis, 8 y 9, 11:15-19

y la tercera es la de "las siete copas de la ira de Dios" (Apocalipsis, 16). 

Los cuatro jinetes salen cuando se abren los primeros siete sellos 

(Zacarías, 1:8-17, 6:1-8) representando el juicio de Dios sobre el malvado y perverso sistema del mundo y sobre los impíos. Muchos intérpretes consideran al jinete del caballo blanco como el anticristo (1 Juan, 2:18), el futuro gobernante mundial que comenzara su actividad al comienzo de los últimos siete años.

Dios le permite al anticristo engañar a todos los que se opongan a  Cristo. Su victoria inicial se lograra sin una guerra abierta, porque se quitara la paz de la tierra comenzando con el segundo jinete (Apocalipsis, 6:4, Daniel, 9:26-27, 1 Tesalonicenses, 5:3). Por otra parte, todos los demás jinetes son personificaciones, de modo que el jinete del caballo blanco pudiera simplemente representar la conquista o un espíritu fuerte de anticristo soltado en el tiempo del fin.

El primero de los siete sellos 

es abierto al comienzo de la Semana Setenta de Daniel, después que la iglesia ha desaparecido. Los eruditos liberales generalmente identifican al que monta el caballo blanco como el Señor Jesús, señalando a Su corona y al hecho de que él es un conquistador. Este jinete definitivamente no es Jesús. Él es el anticristo.



En primer lugar, este jinete lleva un arco. El arma elegida del Señor es una espada. El motivo por el que no lleva flechas es porque no utilizará la fuerza durante su impacto inicial en la tierra. Él viene como un pacificador (Daniel 8:25).

Daniel, 8:25 Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana.

Puesto que el Libro de Apocalipsis está lleno de simbolismos los cuales se explican en algún otro lugar en la Biblia, busqué la primera mención que se hace de un hombre con un arco, con la esperanza de poder obtener una pista adicional sobre la identidad de este jinete. La encontré en Génesis, refiriéndose a Ismael.

La historia es esta. Abraham estaba casado con Sara, que era estéril, motivo por el cual no podía dar hijos a Abraham. Sara tenia, a su vez, una sierva egipcia llamada Agar. Era costumbre en la antigua Mesopotamia que, cuando la esposa no pudiera dar hijos a su señor, esta entregara a su sierva para tal fin, considerándose, luego, los hijos de la sierva como si fueran de la esposa estéril.  Y así nació Ismael, padre de la raza árabe (a los árabes, en la Biblia, se los identifica como “ismaelitas”).

Luego, Dios visito a Sara y le prometió que le daría un hijo a Abraham: Isaac.

Génesis, 21:1 Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado. 21:2 Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho. 21:3 Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac. 21:4 Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado. 21:5 Y era Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo.

Pero un día, Ismael (hijo de Agar, la sierva egipcia), que había nacido antes que Isaac (hijo de Sara), ofendió a este último:

Génesis, 21:9 Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac. 21:10 Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo. 21:11 Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo. 21:12 Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia. 21:13 Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente. 21:14 Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba.

Génesis, 21:15 Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto, 21:16 y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró. 21:17 Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. 21:18 Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. 21:19 Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho. 21:20 Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco.

Es la primera mención en la Biblia de un hombre con un arco. Antes de eso Dios dijo que Ismael sería como un asno salvaje y su mano sería contra todos (Génesis 16:12).

Génesis, 16:12 Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará.

Ismael es el "padre de la raza árabe". De hecho, en la Biblia, los árabes son llamados 'ismaelitas'.

Conforme los detalles de la escatología islámica se vuelven más ampliamente conocidos, los estudiantes de la profecía están descubriendo similitudes impactantes entre las descripciones de al-Madi, una figura mesiánica de la tradición chiíta, y el personaje que los cristianos llaman el anticristo. (Yo no estoy diciendo que al-Madi es el anticristo musulmán, llamado el Dajjal, sino que se asemeja al anticristo de los cristianos). Ambos aparecen en escena durante un tiempo de gran agitación sobre la tierra, ambos llegan demostrando un gran deseo de restablecer la paz, ambos tienen un reinado de siete años, ambos están a la cabeza de una religión mundial y de un gobierno mundial, ambos afirman tener origen sobrenatural, y ambos reinos terminan en una batalla entre el bien y el mal la cual trae el juicio final a la Tierra.

Después que la iglesia se ha ido, aquellas personas que se llaman a sí mismas la iglesia, pero que se han quedado atrás, no tendrán muchos problemas en aceptar el islam. Ya están convencidas de que el islam es una religión de paz, y que Alá es otro nombre para el Dios de la Biblia. Y como Pablo dijo, el agregarle unos pocos “milagros” a la mezcla será todo lo que se necesita para que todo el mundo sea engañado. Habiendo rehusado creer en la verdad todas esas personas serán presa fácil para la mentira (2 Tesalonicenses 2:9-10).

2 Tesalonicenses, 2:9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, 2:10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.

En segundo lugar, este tipo está usando la corona equivocada. La palabra griega para la corona de un rey es diadema. Pero este tipo lleva una stéfanos, que es la corona del victorioso. Esta es la corona que se le daba a quienes eran ganadores en los juegos olímpicos de la antigüedad, así como en otras competencias deportivas. 
Esta era típicamente una corona hecha de hiedra, o guirnalda, y de hecho la palabra stéfanos se deriva de una raíz que significa guirnalda. Identifica a quien la lleva como un conquistador, pero no como de la realeza. Y en Apocalipsis 13, cuando da comienzo la Gran Tribulación, se nos dice que a él se le dio el poder para hacer la guerra en contra de los santos y vencerlos.

Apocalipsis, 13:7 Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.

¿Por qué Jesús le haría la guerra a los santos de la tribulación para conquistarlos? 

Como ya lo expresé, mientras que este tipo engaña a las personas para que crean que él es el Cristo, en realidad es el anticristo.

Apocalipsis, 6:3 Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira. 6:4 Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada.

El caballo bermejo (rojo)y su jinete representan la guerra y la muerte violenta, que Dios permitirá al derramar su ira sobre el mundo (Zacarías, 1:8, 6:2). La Tribulación será un tiempo de violencia, homicidio y guerra.

Este es el momento cuando el anticristo va a la guerra para establecer su autoridad sobre todos los gobiernos humanos y llevar al mundo hacia su religión. Las profecías musulmanas dicen que eso será el islam, por supuesto, y el Corán enseña la conversión o la muerte como las únicas alternativas disponibles para los “incrédulos.” Estudios recientes especulan que Europa, actualmente muy adentrada en la era post cristiana, puede estar ya al borde de ceder a la creciente influencia musulmana, pero otras partes del mundo se resistirán, dando como resultado un gran derramamiento de sangre.
Históricamente, la gran espada que sostiene el jinete del caballo rojo era un arma larga para ser usada con ambas manos, y era llevada por los grandes guerreros quienes recibían doble paga por pelear con ella. Con una fuerza extraordinaria, forzaban su camino a través de las líneas enemigas, dejando un espacio para que las tropas regulares pudieran penetrar. De la misma manera, el anticristo usará del poder sobrenatural para forzar su dominio sobre el mundo, imponiendo su voluntad sobre los pobladores de la Tierra. Y recuerde, los juicios de los sellos son solamente el comienzo de la Semana Setenta de Daniel. La última mitad, llamada la Gran Tribulación, aún está por llegar, y es significativamente más mortal.

Apocalipsis, 6:5 Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. 6:6 Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.



El caballo negro y su jinete simbolizan una gran hambre (Jeremías, 4:26-28, Lamentaciones, 4:8-9, 5:10). Escasearan los artículos de primera necesidad y su precio será extremadamente alto. Habrá hambre en todo el mundo.


El aceite y el vino se refieren al árbol de oliva y al jugo de uva, los cuales no sufren tanto daño por la sequía como el grano. Aunque han ocurrido hambrunas a lo largo de la época de la iglesia (Mateo, 24:7) este pasaje se refiere a un hambre específica durante la Tribulación.

Dos cosas son el resultado cuando el mundo se hunde en la incertidumbre y la guerra se desata. Primero viene la inflación la cual causa que los precios de todo se disparen hasta el cielo. Cuando Juan escribió esto, el denario era el salario de un día de trabajo, y eso será lo que costará comprar una libra de trigo, que es apenas el alimento diario necesario de una persona. Piense en ello. Para muchas personas, con el salario de un día apenas podrán comprar el alimento para ese día. El siguiente día se repite lo mismo. No queda ningún dinero para nada más.

Por supuesto, los ricos siempre se benefician de la inflación. Cuando la ven venir, pueden convertir su riqueza en cosas que son ya sea a prueba de inflación, o que en realidad aumentan su valor durante los períodos de inflación. El ejemplo más antiguo de esto lo encontramos en el Libro de Génesis, cuando José, quien había obtenido el control del suministro mundial del trigo en nombre de Faraón, eventualmente adquirió toda la riqueza de Egipto a cambio del alimento. Eso es lo que Juan quiso decir con no dañar el aceite ni el vino, los cuales son bienes que en su día eran símbolos de riqueza. La visión que vio era hambre entre abundancia.

Tanto el Libro de Daniel y las profecías musulmanas hablan del anticristo/al-Madi, llenando con lujosos regalos a sus seguidores mientras obliga a sus enemigos a sometérsele (Daniel 11:39).

Daniel, 11:39 Con un dios ajeno se hará de las fortalezas más inexpugnables, y colmará de honores a los que le reconozcan, y por precio repartirá la tierra.

Apocalipsis, 6:7 Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. 6:8 Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.




El caballo amarillo y su jinete llamado muerte simbolizan una intensificación terrible de la guerra, del hambre, de la muerte, de las plagas, de las enfermedades y de las fieras. Este juicio será tan devastador que morirá una cuarta parte de la humanidad.       


El segundo resultado de la guerra es el hambre y la pestilencia. Las cosechas y las fábricas de procesamiento de alimentos son destruidas. Las redes de transporte quedan interrumpidas. Los cadáveres quedan donde cayeron y los sistemas de salud no sirven. El hambre masiva y las enfermedades rampantes por lo general matan más víctimas que las batallas que las causaron. Los animales están desesperados por obtener comida y atacan a los humanos.

Algunas personas creen que la frase “la cuarta parte de la tierra” se relaciona a la geografía y otras creen que describe a la cantidad de personas afectadas. De cualquier forma, muchos van a sufrir y a morir durante este tiempo, mientras que aquellas personas que no se encuentran en el camino directo de la guerra, van a disfrutar de un falso sentido de paz y de prosperidad.

Apocalipsis, 6:9 Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. 6:10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? 6:11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.
Apocalipsis, 6:9 Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían.

Cuando se abre el quinto sello, Juan contempla lo que sucede en el cielo. Los "muertos por causa de la Palabra de Dios" son los que fueron martirizados por su fe en Cristo y en la verdad de su Palabra. [1] A ellos se les pide que tengan paciencia porque todavía muchos morirán por su fe (Apocalipsis, 7:13-14, 13:15, 18:24, 20:4). [2] El periodo de la Tribulación será un tiempo terrible de persecución para los que aceptan el Evangelio y se mantienen fieles a Dios y a su Palabra (Apocalipsis, 3:10, 7:9, 14:6). Tal vez todos los mártires de las épocas pasadas también formen parte del grupo de los que están debajo del altar.

Apocalipsis, 6:10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?

Los que están en el cielo piden que reciban la justicia divina los malvados que han rechazado a Dios y han asesinado a sus seguidores. Hay veces en que Dios dirige a su pueblo a orar para que prevalezca la justicia, para que sea destruida la maldad, para que se establezcan en la tierra principios justos y para que sea exaltado Cristo sobre todos los que se oponen a Él. No se ora así por venganza personal, ya que es resultado de un interés por Dios, por la justicia y por el sufrimiento de su pueblo.

Apocalipsis, 6:11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.

A algunas personas se les dará la oportunidad de salvarse durante la Tribulación, es decir, a las que están en la tierra y que nunca oyeron ni entendieron adecuadamente el Evangelio. Pero a los que oyeron el Evangelio antes del arrebatamiento de la iglesia e insisten en vivir en pecado, no se les dará otra oportunidad de salvación después que la iglesia sea quitada del mundo.

Dios enviara sobre ellos un poder engañoso para que crean la mentira por cuanto se negaron a creer en la verdad.

2 Tesalonicenses2:10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 2:11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 2:12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

Así como la iglesia tiene una cantidad fija que completar antes de que su tiempo en la tierra se cumpla (Romanos 11:25: Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;), así también lo será para los creyentes que son martirizados por su fe después de la desaparición de la iglesia. Yo creo que estos son los primeros creyentes de después del Rapto, que fueron martirizados por su fe durante la búsqueda del dominio mundial por parte del anticristo.

Otro gran grupo arribará al cielo poco después (Apocalipsis 7:9Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos;) y a través de la Gran Tribulación venidera un incontable número de personas serán ejecutadas por el crimen de creer en Jesús.

Todas estas personas recibirán cuerpos resucitados en el momento de la Segunda Venida (Apocalipsis 20:4: Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.).

En el idioma Hebreo, la palabra traducida como “pariente redentor” también significa “vengador de la sangre”. El mismo pariente cercano que era responsable de comprar la deuda de otro pariente para liberarlo de la esclavitud o para redimir la propiedad que había perdido, también era el responsable de vengar los ataques físicos que le habían causado la muerte a ese pariente (Números 35:18-19).

Los mártires de la tribulación están clamando para que se les aplique esa ley.

Nuestro Señor Jesús es nuestro Pariente Redentor, que vino a pagar nuestras deudas y comprar de vuelta lo que nuestro padre Adán perdió. Pero Él también es nuestro Vengador de Sangre, responsable para llevar ante la justicia a quien, de manera maliciosa, asesinó a nuestros primeros padres y, por lo tanto, a nosotros también. Todos los que toman partido con Satanás, llamados los “moradores de la tierra” en Apocalipsis, compartirán su castigo, así como todos los que toman partido con el Señor, son llamados aquellos que moran en el cielo, y compartirán Su herencia.
Apocalipsis, 6:12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; 6:13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. 6:14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.
Los catastróficos juicios de Dios aquí descriptos incluyen un sacudimiento físico del mundo o un cataclismo cósmico y gran oscuridad y terror para los habitantes de la tierra (Apocalipsis, 6:15, 17, Isaías, 34:4, Joel, 2:30-31, Hageo, 2:6, Mateo, 24:29). Este no es el final de la Tribulación.
 Todavía falta el séptimo sello (Apocalipsis, 8).


Una cuidadosa lectura de este versículo nos muestra que el oscurecimiento del sol y la luna volviéndose toda como sangre, no puede ser causado por un eclipse. Un eclipse solar ocurre cuando la luna pasa entre el sol y la tierra. Esto hace que la luz del sol se oscurezca puesto que una porción de la misma está siendo obstruida por la luna. Pero la luna siendo mucho más pequeña no puede hacer que todo el sol se torne negro como este versículo requiere.

Un eclipse lunar ocurre cuando la tierra pasa entre el sol y la luna. Aquí, la intensidad de los rayos del sol no se ve alterada, sino que estando en la sombra de la tierra la luna se puede volver de un color rojo oscuro, dependiendo de la densidad de las partículas de polvo en la atmósfera. Como ustedes pueden darse cuenta, cualquiera de estas dos condiciones puede ser causada por un eclipse de algún tipo, pero ningún eclipse puede causar que tanto el sol como la luna se afecten al mismo tiempo porque eso requeriría que la luna estuviera en ambos lados de la tierra al mismo tiempo. Una causa más probable sería que una gran cantidad de partículas sean lanzadas a la atmósfera por una erupción volcánica o por grandes incendios en la tierra causados por la guerra.

Según algunas proyecciones, la energía electromagnética que libera el sol durante una reversión de polaridad podría producir que la atmósfera superior de la Tierra “estalle en llamas” si el campo magnético que la rodea no está allí para desviarla. 

¿Podría estar Juan refiriéndose a este efecto cuando dijo que el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla?. Nadie lo sabe de seguro.

Apocalipsis, 6:15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 6:16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 6:17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?

Los impíos que queden en la tierra cuando los creyentes sean arrebatados para encontrarse con el Señor en el aire (1 Corintios, 15:51-52, 1 Tesalonicenses, 4:15-17) experimentaran el terror y la desesperación al tratar de correr y esconderse.

No es de sorprendernos que Apocalipsis, 6:15 sea un recordatorio de Josué 10:16.

Josué, 10:16 Y los cinco reyes huyeron, y se escondieron en una cueva en Maceda.

De los 404 versículos del Libro de Apocalipsis, 280 son tomados del Antiguo Testamento. Cuando los reyes de la tierra se esconden, sin saberlo, pronuncian una profecía que todos nosotros deberíamos leer con mucho cuidado: “el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?”.

Este pasaje siempre se ha asociado con el principio de la ira de Dios. El punto de vista de que Su ira comienza con los juicios de las copas de Apocalipsis 16, es un recién llegado en los estudios proféticos, y es incorrecto. La ira de Dios comienza en Apocalipsis, 6 con la apertura de los sellos.

En breve veremos el primer grupo de 144.000 (hay dos grupos y no son los mismos), la llegada al cielo de un enorme grupo de los mártires de la tribulación, la culminación de los juicios de los sellos y el comienzo del segundo asalto, los juicios de las trompetas.[full_width]
LIBROS DEL APOCALIPSIS 4, 5 y 6 parte 2 LIBROS DEL APOCALIPSIS  4, 5 y 6 parte 2 Reviewed by jireth on marzo 20, 2020 Rating: 5

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