LIBROS DEL APOCALIPSIS 19 al 20 Parte 2
Alabanzas en el
cielo
Apocalipsis, 19:1 Después de esto oí una gran
voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y
gloria y poder son del Señor Dios nuestro; 19:2 porque sus juicios son
verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la
tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de
ella. 19:3 Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de
los siglos. 19:4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se
postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y
decían: ¡Amén! ¡Aleluya!
El
capítulo
19 trata del fin de la
Tribulación y de la gloriosa segunda venida de Cristo a la tierra para destruir
a los impíos y para reinar con su pueblo. Apocalipsis,
19:1 es la primera de las cuatro
veces que aparece la palabra "aleluya" en el NT (las otras son Apocalipsis, 19:3-4, 6). La palabra "aleluya" se deriva de dos palabras hebreas:
"halal" que significa "alabanza" y "jah" que
significa "Yahveh" o "Señor". De modo que “aleluya” significa
"alabado sea el Señor". El pueblo en el cielo alaba al Señor porque Dios
ha juzgado al mundo y ha vengado a los que sufrieron a manos del mundo y porque
Jesucristo vuelve a la tierra a reinar (Apocalipsis,
19:6, 11, 20:4). Este es el "Coro
Aleluya" en el cielo.
La Gran Tribulación ha terminado,
Babilonia ha sido destruida, y el Planeta Tierra se encuentra listo para
recibir a su Rey. Todo lo que queda por hacer es capturar a esa triada satánica
que ha causado toda esta devastación y aniquilar a sus ejércitos.
Eso
suena como una gran tarea, pero con el Señor dirigiendo personalmente los
eventos, eso no tomará mucho tiempo.
La
palabra “Aleluya” está formada por
dos palabras hebreas que no se han traducido al español y que juntas significan
“Gloria a Dios”. Sus cuatro menciones en Apocalipsis 19 son únicas en el Nuevo
Testamento. Puesto que la frase “Gloria a Dios” es casi exclusiva para los
creyentes que han nacido de nuevo, para mí es fascinante que su versión hebrea
aparezca 24 veces en el Antiguo Testamento, que es el mismo número de
los ancianos que le hacen eco aquí. ¿Es esta otra pista sutil de que los 24
ancianos representan a la Iglesia que ha sido arrebatada, como lo sugerí en Apocalipsis 4?.
Apocalipsis,
19:5 Y
salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y
los que le teméis, así pequeños como grandes. 19:6 Y oí como la voz de una gran
multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos,
que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! 19:7
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del
Cordero, y su esposa se ha preparado. 19:8 Y a ella se le ha concedido que se
vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las
acciones justas de los santos.
La cena de las bodas del cordero
Apocalipsis,
19:9 Y
el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de
las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. 19:10
Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy
consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a
Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.
La
cronología del capítulo 19 coloca a la novia (la iglesia, 2 Corintios, 11:2) ya en el cielo antes de
la segunda venida de Cristo a la tierra. Esto indica que la iglesia ya ha sido
arrebatada al cielo antes de la venida de Cristo descripta en Apocalipsis,
19:11-21. Hay dos razones para pensar esto: [1] la novia está
completamente vestida y preparada en el cielo para "las bodas del
Cordero", de modo que la iglesia debió haber sido arrebatada y debe estar
en el cielo y [2] la novia, que ya está en el cielo, esta revestida de
"las acciones justas de los santos" (Apocalipsis,
19:8). Y, para que se completen las acciones justas de los santos,
ellos tienen (si o si) que estar en
el cielo y libres de toda impureza (como lo
están).
Por
el uso de los verbos en el tiempo pasado al referirse a las bodas, a la esposa
y a las vestiduras que se le han dado, parece como si Juan está describiendo un
evento que ya ha tenido lugar. Observen que mientras que las vestiduras
representan la justificación de la esposa, no son sus propias vestiduras. Estas
le fueron dadas a ella. Nosotros no somos justificados por nuestras obras.
Nuestra justificación nos es otorgada por el Señor (2
Corintios 5:21).
2 Corintios,
5:21 Al que no conoció
pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia
de Dios en él.
La
palabra griega en realidad significa justificación y no actos justos. Nuestra
justificación se nos impone por la fe únicamente (Romanos
3:21-22).
Romanos, 3:21 Pero
ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por
la ley y por los profetas; 3:22 la justicia de Dios por medio de la fe en
Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,
Isaías 61:10 describe
esta escena con mayor claridad.
Isaías, 61:10
En
gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me
vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio
me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.
Cuando
Juan cambia al tiempo presente al mencionar a aquellas personas que han sido
invitadas a la Cena de Bodas de Cordero (Apocalipsis,
19:9), él se está refiriendo a los creyentes que han sobrevivido a
la tribulación y que pronto serán invitados e invitadas a entrar en el Reino,
como se describe en la parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13). La Iglesia es la Esposa, y
la Esposa no es un montón de invitados, ni siquiera un grupo de damas de
honor. Como lo es la Iglesia, ella es un solo cuerpo. Y ella no necesita de una
invitación para asistir al banquete de su propia boda, porque ella es la figura
principal. Sin ella no habría ningún banquete.
El jinete del caballo blanco
Apocalipsis,
19:11 Entonces
vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se
llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 19:12 Sus ojos eran
como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre
escrito que ninguno conocía sino él mismo. 19:13 Estaba vestido de una ropa
teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.
19:14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y
limpio, le seguían en caballos blancos. 19:15 De
su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las
regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira
del Dios Todopoderoso. 19:16 Y en su
vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY
DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
Los
anteriores pasajes ponen de relieve el comienzo de la segunda venida de Cristo
a la tierra como Rey de reyes y Señor de señores (Apocalipsis,
19:16). El viene del cielo como
el Mesías-Guerrero (2 Tesalonicenses, 1:7-8)
a establecer la verdad y la justicia (Salmos,
96:13), a juzgar a las naciones y a luchar contra el mal (Juan, 5:30). Este es el acontecimiento
esperado por los fieles de todas las generaciones. Los ejércitos que regresan
con Cristo (Apocalipsis, 19:14)
incluyen a todos los santos que ya están en el cielo (Apocalipsis, 17:14). Eso lo confirma su
vestido blanco.
Apocalipsis,
19:15 De
su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las
regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira
del Dios Todopoderoso.
Este
es un severo recordatorio de que Dios odia el pecado. El punto de vista
sentimental de que Cristo tolera el pecado y la inmoralidad a causa de su amor
no tiene cabida en la revelación que Cristo hace de sí mismo en el libro de
Apocalipsis.
En
Apocalipsis, 19:11 vemos al Hombre legítimo
en un caballo blanco, no al impostor de Apocalipsis
6.
Apocalipsis,
6:1 Vi
cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres
vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. 6:2 Y miré, y he aquí un
caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y
salió venciendo, y para vencer.
Las
coronas que Él usa son diademas, que son las coronas de la realeza. La espada
aguda es Su Palabra como lo explica Hebreos 4:12,
y Su ropa está teñida en sangre, como lo predijo Isaías
63:1-6. Juan le da el nombre que está en el Evangelio que lleva su
nombre, El Verbo (La Palabra) (Juan 1:1).
Hebreos, 4:12 Porque
la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos
filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los
tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
“Él
las regirá con vara de hierro” es una cita directa del Salmo 2:9, una promesa
dada por Dios a Su Hijo, y por el Hijo a los que perseveren en la iglesia de
Tiatira (Apocalipsis 2:26-27).
Salmos, 2:9 Los
quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás.
Apocalipsis,
2:26 Al
que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las
naciones, 2:27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de
alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre;
La
frase “regirá con vara de hierro a las naciones”
significa que el gobierno de Cristo de 1000 años va a ser literalmente una
“dictadura”. Y la iglesia co-gobernara con El.
A
pesar de que los demás jinetes en caballos blancos que lo acompañan están
vestidos de lino fino y son los ejércitos celestiales, Él es el que hace la
guerra.
Apocalipsis,
19:17 Y vi a un
ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las
aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios,
19:18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de
fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y
esclavos, pequeños y grandes.
Esta
cena representa la batalla de Armagedón (Apocalipsis,
16:16). [1] La destrucción de los enemigos de Dios será de
tal magnitud que requerirá una multitud de aves para limpiar el campo de
batalla. Se llama "la gran cena de Dios"
porque Dios proporcionara el alimento para las aves de rapiña. [2] La
escena es de juicio contra la terrible crueldad y maldad del mundo. Otras
profecías que, con toda probabilidad, se refieren a este acontecimiento
venidero son Apocalipsis, 14:14-20, 16:13-16,
17:14, Jeremías, 51:27-36, Ezequiel, 39:17-20, Joel, 3:9-15, Sofonías, 3:8,
Zacarías, 14:2-5).
El
contraste entre la Gran Cena de Dios y la Cena de Bodas del Cordero, es
demasiado evidente. Yo les garantizo a ustedes que los ejércitos de la tierra
no se sentirán bendecidos con esta invitación. ¡Ellos son el plato principal!.
Apocalipsis,
19:19 Y
vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para
guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. 19:20 Y la
bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de
ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de
la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro
de un lago de fuego que arde con azufre. 19:21 Y
los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el
caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.
Apocalipsis,
19:19 Y
vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para
guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.
En
preparación para la batalla, Dios reunirá a las naciones cerca de Armagedón
mediante la intervención demoniaca (Apocalipsis,
16:16, Jeremías, 25:32-33, Joel, 3:2, Sofonías, 3:8, Zacarías, 14:2-3).
[1] La batalla terminara rápido con la destrucción del anticristo y de
todos los impíos (Apocalipsis, 19:19-21).
[2] El juicio de Dios incluye al mundo entero además de los ejércitos
reunidos (Jeremías, 25:29-33).
Apocalipsis,
19:20 Y
la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de
ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de
la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro
de un lago de fuego que arde con azufre.
Juan
describe otra vez al falso profeta con una característica sobresaliente: engaño
a muchos haciendo diferentes señales (Apocalipsis,
13:13-15, 2 Tesalonicenses, 2:9-10). La conclusión es obvia: quienes
en los últimos días traten de perseverar en su fidelidad a Cristo y a sus
mandamientos (Apocalipsis, 14:12) no
deberán evaluar la verdad solo sobre las bases del éxito y de los milagros.
Apocalipsis,
19:21 Y los demás fueron
muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas
las aves se saciaron de las carnes de ellos.
Dios
destruye a los malvados en toda la tierra (Jeremías,
25:29-33). Por lo tanto, ninguna persona que no sea salva o que sea
injusta entrara en el reino milenario de Dios (Apocalipsis,
20:4). Durante la Tribulación, los ángeles del cielo les presentaron
el Evangelio con claridad a todos los habitantes de la tierra.
Los
que rechazaron la verdad recibieron "un poder engañoso para crean la mentira, a fin de que
sean condenados todos los que no creyeron a la verdad" (2 Tesalonicenses, 2:11-12). Nótese que los
injustos "no heredaran el reino de Dios" (1 Corintios, 6:9-11,
Gálatas, 5:21). Se les separara de los justos después de la venida de Cristo en
gloria y se les destinara a un castigo eterno (Mateo, 25:31-46).
En
un cumplimiento del Salmo 2:1-6, y en
una increíble arrogancia, los pueblos de la tierra se preparan para pelear
contra el Mesías y Sus ejércitos celestiales. Pero sus líderes, el anticristo y
el falso profeta, son capturados de inmediato y lanzados vivos en el lago de
fuego que arde con azufre. El gran ejército que los había seguido en esta
misión suicida, es destruido por nada menos que la Palabra que sale de la boca
del Señor, y los cuerpos de los combatientes son devorados por las aves de
rapiña. Les dije que eso no tomaría mucho tiempo ¿verdad?.
Salmos, 2:1 ¿Por qué se
amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? 2:2 Se levantarán los
reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su
ungido, diciendo: 2:3 Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus
cuerdas. 2:4 El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.
2:5 Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira. 2:6 Pero yo he
puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte.
Los mil años
Apocalipsis, 20:1 Vi a un ángel que
descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.
20:2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y
lo ató por mil años; 20:3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su
sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos
mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.
Después
de la venida de Cristo y de los acontecimientos del capítulo
19, Satanás será atado y encarcelado por 1000
años para que no engañe más a las
naciones. Eso implica una total suspensión de su influencia durante ese tiempo.
Después de esos 1000 años, será desatado por un breve tiempo para que engañe a
quienes se rebelan contra el gobierno de Dios (Apocalipsis,
20:3, 7-9). La obra más característica de Satanás es engañar (Génesis, 3:13, Mateo, 24:24, 2 Tesalonicenses, 2:9-10).
Las naciones que existirán en el reinado terrenal de Cristo estarán formadas
por los creyentes que vivan al final de la Tribulación (Apocalipsis, 19:21, 20:4). Aunque a veces se
emplea el término "naciones" como referencia a los impíos, Juan también lo usa
para representar a los salvos (Apocalipsis,
21:24, 22:2).
El
propósito del Milenio es ahora revelado. Muchos han pensado porqué Dios pondría
este período único de 1000 años entre la Segunda Venida de Cristo y la
eternidad.
Yo
creo que es para responderles a las personas por las tres principales excusas
que dan en su fracaso de poder vivir complaciendo a Dios.
[1] La primera excusa se originó en el Edén cuando la
mujer culpó a la serpiente por la desobediencia de ella. Desde entonces, la
humanidad le ha echado la culpa de su mal comportamiento a la influencia
engañosa del diablo. Entonces ahora, Dios tiene atado al diablo por un período
de mil años, y, por lo tanto, ya no existe esa mala influencia.
[2] La segunda excusa del hombre ha sido en relación al
poder de la tentación al pecado que ofrece el mundo incrédulo en nuestro medio.
Entonces, como lo indica la narración del juicio de las ovejas y las cabras,
con el establecimiento del Reino todos los incrédulos que sobrevivieron serán
removidos de la tierra. Solamente los creyentes que han sobrevivido repoblarán
la tierra en el comienzo del Milenio (Mateo
25:31-46).
[3] La tercera excusa ha sido la ausencia física del Señor
entre Su pueblo durante 2000 años.
Algunas personas dicen que no es justo que Él nos dejara solos por tanto
tiempo. Así que durante el Milenio, el Planeta Tierra será el centro principal
de operaciones del Universo, con la presencia del Padre en Israel, y del Hijo
en la cercana Jerusalén.
En unos pocos versículos
más adelante veremos si las cosas son diferentes después de la remoción de
estos obstáculos que le han servido de excusas a la humanidad para no ser
justa. Pero primero veamos la conclusión de la primera resurrección.
Apocalipsis, 20:4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que
recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del
testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la
bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus
manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 20:5 Pero los otros muertos
no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera
resurrección. 20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera
resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán
sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
La resurrección de
los muertos
En el libro de los
Hechos de los apóstoles, Pablo declara lo siguiente:
Hechos, 24:15 teniendo esperanza en Dios, la cual ellos [los
fariseos que lo acusaban] también abrigan, de que ha de haber resurrección de
los muertos, así de justos como de injustos.
La Biblia enseña que
habrá una resurrección de muertos, tanto justos como injustos.
Los justos serán
resucitados para vivir eternamente, en su cuerpo redimido, con el Señor,
mientras que los injustos resucitaran para ser juzgados y condenados por Dios.
La mención de ambas resurrecciones en el mismo versículo de Hechos, 24:15 (así
como también en Juan, 5:29) no
significa necesariamente que las dos ocurrirán de modo simultaneo.
La resurrección de
los muertos en el AT
Daniel, 12:1 En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de
parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue
desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu
pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. 12:2 Y muchos de los que
duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y
otros para vergüenza y confusión perpetua.
Estos versículos de Daniel contienen la
más clara referencia del AT a la resurrección de los justos y de los impíos.
Pero la resurrección de unos y otros, como veremos, no será simultánea (en el mismo momento).
Comencemos por la resurrección de los
justos, es decir, los que “serán
despertados para vida eterna”. Obsérvese que
Daniel dice (Daniel, 12:2) que muchos de los que duermen en el polvo de la tierra (los que están
muertos) serán despertados para “vida eterna” y lo dice después de decir (Daniel, 12:1), que “será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta
entonces” refiriéndose, claramente, a la Gran Tribulación (Mateo, 24:21).
Dice, además, que “en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos
en el libro”. Es decir, Daniel habla de una resurrección de justos, cuyos nombres se
encontraran inscriptos en el Libro de la Vida y dice que esto acontecerá luego
de la Gran Tribulación.
Estos justos resucitados no son la
iglesia, ya que la misma será raptada antes de la Gran tribulación, donde los
que estén vivos serán “transformados” y los que estén muertos en Cristo serán “resucitados”
(1 Corintios, 15:51-52, 1 Tesalonicenses,
4:15-17). ¿Quiénes son, entonces, estos justos, de
los que habla Daniel, que resucitan luego de la Gran Tribulación, en la Segunda
Venida de Cristo?.
Son todos los justos muertos antes de
Cristo (dentro de este grupo, tenemos a todos los
patriarcas de Israel – Abraham, Isaac, Jacob, José – a todos los profetas –
Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, etc. – y también el rey David, entre otros). Más adelante veremos cuando resucitan los otros para “vergüenza y
confusión perpetua” (los impíos).
Estas son las otras referencias, además
de Daniel, 12:1-2, acerca de la resurrección de los muertos en el AT:
Job, 19:25 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se
levantará sobre el polvo; 19:26 Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne
he de ver a Dios;
Aquí Job expreso proféticamente la
convicción de que, después que su cuerpo se hubiera descompuesto en el
sepulcro, el seria físicamente devuelto a la vida y contemplaría a su Dios
Redentor en un cuerpo resucitado.
Salmos, 16:10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni
permitirás que tu santo vea corrupción.
Los apóstoles Pedro y Pablo aplicaron
este versículo a Cristo y su resurrección (Hechos, 2:25-31, 13:34-37).
Isaías, 26:19 Tus muertos vivirán; sus cadáveres
resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del
polvo! porque tu rocío es cual rocío de
hortalizas, y la tierra dará sus muertos.
Esta es una de las declaraciones más
contundentes del AT sobre la doctrina de la resurrección del cuerpo. Los que
han servido fielmente a Dios (Isaías, 26:2-3) se levantaran de la tierra y volverán a vivir después de la muerte (Juan, 5:28-29, 1º Corintios, 15:50-53, Filipenses, 3:21).
La resurrección de los muertos en el NT
El AT, como vimos, hablo de la resurrección de los
muertos pero ¿dónde realmente empezaron a
resucitar las personas?. En el NT. Cuando Cristo murió, muchos
santos resucitaron:
Mateo, 27:50 Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó
el espíritu. 27:51 Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba
abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; 27:52 y se abrieron los
sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; 27:53
y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la
santa ciudad, y aparecieron a muchos.
Juan, 5:28-29 reafirma la idea, ya expuesta en Daniel, 12:2, de
que algunos resucitarían para vida eterna y otros para confusión perpetua:
Juan, 5:28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando
todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 5:29 y los que hicieron lo
bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección
de condenación.
Debemos comprender primero como será la secuencia
de los últimos eventos de la historia. Dios rapta (saca del mundo)
a su iglesia (1 Corintios, 15:51-52, 1
Tesalonicenses, 4:15-17, Juan, 14:1-3) y luego comienza la Gran
Tribulación (un periodo de tiempo donde lloverán los juicios más severos de
Dios sobre la Tierra). Al final de la Gran Tribulación vuelve Cristo con su
iglesia (que había sido raptada) para establecer su reino en la Tierra. Cristo
pelea contra el anticristo (Apocalipsis, 19:19)
y lo vence y tanto el anticristo como el falso profeta (las 2 bestias del Apocalipsis) son
arrojados al lago de fuego (Apocalipsis, 19:20)
y Satanás es encerrado en el abismo durante 1000 años (Apocalipsis, 20:1-3).
Durante estos 1000 años Cristo
gobernara políticamente la Tierra desde Jerusalén (Apocalipsis,
20:6). Al final de los 1000 años Satanás será suelto de su prisión (Apocalipsis, 20:7) e iniciará la última
rebelión contra Dios (Apocalipsis, 20:8)
la cual será aplastada (Apocalipsis, 20:9)
y Satanás será arrojado al lago de fuego donde, desde hace 1000 años, se encuentran el anticristo y el
falso profeta (Apocalipsis, 20:10).
Aquí recién se produce al juicio ante el gran trono blanco.
El NT no enseña una sola, general y
simultánea resurrección de todos los muertos, sino que se refiere a:
[1] Una resurrección
de muchos santos que ocurrió cuando Cristo murió en la cruz (Mateo, 27:50-53). Mateo, 27:52 dice que [cuando
Cristo murió] se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos
muertos antes de Cristo (que habían dormido),
resucitaron (se levantaron), es decir, no
resucitaron todos los justos muertos antes de Cristo sino solo algunos.
Seguramente esto ocurrió como una muestra, es decir, para dar testimonio de que
la muerte de Cristo en la cruz traería no solo la salvación sino también la
resurrección de los muertos.
[2] Una resurrección
que ocurre en el rapto o arrebatamiento de la iglesia (1 Corintios,
15:51-52, 1 Tesalonicenses, 4:15-17). Esta resurrección se refiere a
los muertos en Cristo durante la era de la iglesia (de
la cruz al rapto).
[3]
Una
resurrección que ocurre luego de la Gran Tribulación, en la Segunda Venida de
Cristo que incluye:
[a]
Los justos muertos antes de Cristo (Daniel,
12:1-2); y
[b]
Los justos muertos durante la Gran Tribulación.
Estos
son los llamados “santos de la Tribulación”. Son cristianos que se convierten
al cristianismo recién durante la Gran tribulación.
No
se fueron en el rapto de la iglesia porque, al momento del rapto, no formaban
parte de la iglesia, es decir, no estaban 100% convertidos o directamente no estaban
convertidos (eran incrédulos). Pero, luego del rapto (y, tal vez, a causa del mismo),
se terminan de convertir o directamente se convierten. Muchos de estos
cristianos van a morir durante la Gran Tribulación. ¿Dónde resucitan?. Resucitan en la Segunda Venida de Cristo y entran
al milenio con El.
Apocalipsis, 20:4 y
vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la
palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no
recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con
Cristo mil años (o sea que entran resucitados al
milenio junto con Cristo);
[4]
Una resurrección que ocurre al final del reinado milenial (de 1000 años) de Cristo (Apocalipsis, 20:5, 11-15). Dentro de este
grupo, tendremos:
[a]
Justos muertos "durante"
los 1000 años del
reinado de Cristo. Estos justos morirán durante el reinado de 1000 años de Jesucristo.
Luego, al final de esos 1000 años, serán resucitados y juzgados ante el "Gran Trono Blanco" y serán hallados
inscriptos en el Libro de la Vida y serán salvos;
Los
resucitados hasta aquí (los que
resucitaron cuando Cristo murió [Mateo, 27:50-53], en el rapto de la iglesia [1 Corintios,
15:51-52, 1 Tesalonicenses, 4:15-17], en la Segunda Venida de
Cristo, es decir, los justos muertos antes de Cristo [Daniel, 12:1-2] y los santos de la Tribulación
[Apocalipsis, 20:4] y los justos muertos durante el reino de 1000 años de Cristo)
completan la "primera resurrección"
(Apocalipsis, 20:5), sobre quienes la
segunda muerte (el lago de
fuego) no tiene potestad (Apocalipsis,
20:6);
[b]
Todos los impíos muertos a lo largo de toda la historia (antes y después de
Cristo, luego del rapto durante la Gran Tribulación y, finalmente, durante el
reinado de 1000 años), los cuales se fueron y se irán al infierno. Estos
muertos resucitarán recién aquí y serán juzgados ante el gran trono blanco y,
por no hallarse inscriptos en el Libro de la Vida, serán lanzados (la muerte y
el mismo infierno o Hades serán lanzados, según Apocalipsis, 20:14) al lago de
fuego (la muerte segunda);
Conclusión:
[+]
En el único momento en donde la resurrección de muertos justos e injustos será
simultánea es en la resurrección que ocurrirá al final de los 1000 años del
reinado de Cristo. Apocalipsis, 20:15 dice “el
que no se halló inscripto en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”
o sea que va a haber quienes “si” se encuentren inscriptos en el libro de la
vida y son los justos muertos durante el reinado de 1000 años de Cristo (si no Apocalipsis, 20:15
no haría esta aclaración y diría algo así como “todos los resucitados
fueron lanzados al lago de fuego”);
[+]
Los justos resucitados en el punto anterior, serán los únicos justos que
enfrentaran el juicio ante el gran trono blanco cosa que no sucederá con
ninguno de los justos resucitados con anterioridad;
[+] Para
saber dónde resucita cada quien es necesario saber a qué grupo o compañía de
personas perteneció. Exceptuando la resurrección de algunos santos descripta en Mateo, 27:50-53:
[1]
si el justo murió antes de Cristo, resucita al final de la Gran Tribulación, en
la Segunda Venida de Cristo (Daniel, 12:1-2)
y no enfrenta el juicio ante el gran trono blanco y se salva;
[2]
si el justo muere durante la era de la iglesia (de la cruz al rapto) resucita en
el rapto de la iglesia (1 Corintios, 15:51-52, 1
Tesalonicenses, 4:15-17) y no
enfrenta el juicio ante el gran trono blanco y se salva;
[3]
si el justo muere durante la Gran Tribulación, resucita al final de la Gran
Tribulación, en la Segunda Venida de Cristo (Apocalipsis,
20:4) y no enfrenta el juicio ante el gran trono blanco y se salva;
[4]
si el justo muere durante el reinado de 1000 años de Cristo, resucita al final
del reinado de 1000 años
de Cristo junto con los impíos (enfrenta el juicio ante el gran trono blanco y, por
hallarse su nombre inscripto en el Libro de la Vida, se salva);
[5]
los impíos muertos a lo largo de la historia resucitan (todos) al final del
reinado de 1000 años de Cristo (enfrentan el juicio ante el gran trono blanco y, por no
hallarse sus nombres inscriptos en el Libro de la Vida, son condenados y
arrojados al lago de fuego);
Apocalipsis, 20:4 Y vi tronos, y se
sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar;
Jesús les prometió a Sus discípulos que ellos se
sentarán en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel:
Mateo, 19:28 Y Jesús les dijo: De
cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en
el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis
sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Apocalipsis, 20:7 Cuando los mil años se
cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 20:8 y saldrá a engañar a las
naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin
de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.
20:9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los
santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.
20:10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre,
donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche
por los siglos de los siglos.
Al final del reinado de 1000 años de Cristo, se
soltara a Satanás. [1] A Satanás mismo, engañado al pensar que todavía puede
vencer a Dios, se le permitirá engañar a los que desean rebelarse contra el
gobierno de Cristo y reunirá una multitud de tales rebeldes. [2] Este
"Gog y Magog" de Apocalipsis, 20:8 no es el mismo "Gog y Magog"
de Ezequiel, 38 y 39, pero si tienen
un común denominador: Gog y Magog representan, en suma, a todas las naciones
del mundo y su espíritu de rebeldía contra Dios y la justicia.
Esta
es la última rebelión de la historia contra Dios. Es evidente que muchos de los
nacidos durante el milenio optaran por rechazar el señorío visible de Cristo y
escogerán en su lugar a Satanás y su mentira. El juicio de Dios es destrucción
total (Apocalipsis, 20:9). El poder
de Satanás no será eterno porque Dios lo arrojara al lago de azufre ardiente (Isaías, 14:9-17). Allí no reinara sino que
será atormentado eternamente.
Ahora
pasamos un poco más adelante, hacia el final del Milenio, para ver cómo es que
el hombre natural se ha comportado ante la remoción de todos los obstáculos que
han sido su excusa para tener una vida justa. Durante los 1000 años precedentes,
la tierra habrá sido restaurada a su entorno como era en el Edén. Clima
perfecto, paz perfecta, gobierno perfecto, condiciones perfectas.
Con
el retorno de mayores lapsos de vida (Isaías
65:17-25), los seres humanos naturales sobre la tierra se habrán
multiplicado grandemente con hijos nacidos de padres creyentes. Y como toda la
humanidad antes de ellos, todos estos descendientes tendrán la oportunidad, y
de hecho la obligación, de decidir y permitir que la muerte del Señor haya sido
la que compró el perdón por sus pecados.
A
pesar de tener padres creyentes, condiciones idílicas y un templo en completo
funcionamiento en Israel como un memorial para recordarles lo que el Señor ha
hecho por ellos, muchos van a rechazarlo para favorecer sus propios remedios
para el pecado. De hecho habrá tantas personas que lo hacen que tan pronto
Satanás es soltado, podrá reunir un gran ejército en otro intento para sacar al
Señor del planeta. Por supuesto que todos ellos serán derrotados y Satanás será
lanzado al lago de fuego para siempre, para unirse a su cuadrilla de esbirros
en su tormento eterno.
Entonces,
¿cuál es la
razón de los mil años? Es para mostrar que no hay circunstancia, no
importa lo favorable que sea, en la que una persona infestada de pecado pueda
vivir una vida que complazca a Dios. Aun después de mil años de una vida
perfecta, de una paz perfecta, y de un gobierno perfecto, aun quedará
suficiente pecado residual en el corazón de la persona natural que se rebelará
en contra de Dios en la primera oportunidad que tenga.
Y
de esta manera la séptima dispensación concluye exactamente como concluyó la
sexta anterior, con el fracaso rotundo de la persona natural de poder vivir en
paz con Dios, siendo necesario ejecutar un juicio en su contra.
El juicio ante el gran trono
blanco
Apocalipsis,
20:11 Y
vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual
huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 20:12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de
pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual
es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban
escritas en los libros, según sus obras. 20:13 Y
el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron
los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 20:14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al
lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 20:15 Y
el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Mientras
que Juan está describiendo eventos del final del Milenio, ahora vuelve nuestra atención a
la resurrección de los muertos, la cual sucede en ese momento también. Todo
parece indicar que este juicio se llevará a cabo en algún lado en las tinieblas
de afuera, puesto que la tierra y su atmósfera inmediata, en la que la Nueva
Jerusalén existe, están ausentes.
Todas
las personas que han sido condenadas de todas las épocas, de un momento a otro
saldrán a la vida para estar de pie ante el Gran
Trono Blanco de Dios. Cada una
de ellas podrá ver todos los eventos de su vida desarrollarse ante sus ojos, y
como todas las que escogieron ser juzgados por sus propias obras finalmente les
habrá llegado esa oportunidad. De nuevo todas ellas verán los momentos en los
cuales escucharon el Evangelio y lo rechazaron y cómo fracasaron en poder vivir
bajo sus propias normas, menos aún en las de Dios.
Algunas
personas entienden la frase fueron juzgados cada uno según sus obras, como
evidencia de que Dios determinará el castigo de cada cual por su fracaso en
aceptar Su perdón en base a la calidad de sus vidas. Aquellas personas que
vivieron una “buena” vida, recibirán, comparativamente, un menor castigo y
aquellas cuyas vidas fueron peor recibirán un mayor castigo. Según este punto de vista, una vez que
alguna persona ha soportado toda la medida de su castigo, esa persona es
destruida y deja de existir de cualquier forma posible. Solamente Satanás, el
anticristo y el falso profeta, dicen ellos, son los que están destinados para
el tormento eterno. A ese punto de vista se le llama el infierno condicional, y
se ha introducido en el principal pensamiento cristiano de manera reciente.
Otras
personas sostienen la posición tradicional de que el juicio de los condenados
produce el tormento eterno para todos ellos. Puesto que la única obra que Dios
requiere es que creyeran en Aquel que Él había enviado (Juan 6:28-29) y puesto que no hay nada que la
humanidad pueda hacer para sustituir eso, no tiene sentido que Dios los juzgue
bajo cualquier otra calificación. Pero sin importar el punto de vista que usted
tenga, este juicio no es ninguna oportunidad para esperar, ni aun por un
momento, que se pueda cambiar algo, especialmente cuando un pequeño estudio
confirma la existencia obvia de Dios, a lo cual le sigue la decisión de recibir
Su perdón.
El lago de fuego
El
lago de fuego es un lugar de tormento en algún lugar desconocido para nosotros,
pero el nombre tiene un paralelo interesante en la historia que nos da un
modelo claro y terrible sobre el tormento que los condenados sufrirán. El Mar
Muerto está lleno de un agua tan rica en sal y otras sustancias minerales, que
el cuerpo humano flota en el agua sin ningún esfuerzo. En otras palabras, usted
no puede hundirse en esa agua aunque lo intente.
En
tiempos antiguos el petróleo salía periódicamente a la superficie y se
solidificaba en una sustancia como alquitrán, la cual los recolectores la
cortaban en trozos del tamaño de un ladrillo y la vendían en la costa. Cuando
se volvía a derretir, hacía un buen adhesivo para cementar los bloques de
construcción, y los egipcios también la utilizaban para embalsamar. Esa
sustancia se extendía tanto sobre la superficie del agua, que los romanos le
llamaron el Mar Muerto (Lago Asfaltus),
y de allí se deriva la palabra asfalto en español. De tiempo en tiempo, durante
una tormenta eléctrica, un rayo caía en la superficie del agua incendiando el
asfalto. Cuando eso sucedía, le llamaban “el Lago de Fuego”.
Imagínense
por un momento que usted se encuentra en esa agua profunda. Mientras usted
pueda mantener su cabeza fuera de la superficie, usted puede respirar. Pero la
superficie está en llamas, entonces usted sostiene la respiración para hundirse
bajo la superficie del agua y escapar de las llamas.
Pero
la densidad del agua lo devuelve a la superficie, como si fuera un corcho,
hacia el fuego. Y eso es así de día y de noche. Usted se dobla y gira y se
retuerce buscando algún lugar en donde poder respirar, aunque sea por un
instante. Usted añorará la muerte y la buscará, pero no puede morir porque no
hay escape para este castigo. ¿Captó el cuadro?.
No
permita que esto le suceda a usted. Saque su Biblia y vuelva a leer pasajes
como Juan 3:16; Juan 6:28-29, Romanos 10:9-10,
Efesios 2:8-9 y Tito 3:4-7. Asegúrese
de que usted es salvo y salva. Ningún ataque en contra de la autoridad de la
Biblia se ha podido sostener excepto en la mente de aquellas personas que de
forma testaruda rehúsan creer a pesar de toda la evidencia. Una persona
incrédula aunque fuera la más rica y privilegiada del mundo gustosamente
cambiaría de lugar con el mendigo más incapacitado física y mentalmente, como
una alternativa a tener que pasar la eternidad en el lago de fuego. Solamente
se necesita tomar una decisión. Asegúrese de que ciertamente usted ha tomado la
suya, mientras aún hay tiempo para hacerlo.[full_width]
LIBROS DEL APOCALIPSIS 19 al 20 Parte 2
Reviewed by jireth
on
marzo 21, 2020
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